Cap. 2 (Han)

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HAN JISUNG: "LA PRIMERA VEZ"

Estoy cansado, tengo uno de esos días en los que la inspiración no está de mi parte. Se supone que debería estar escribiendo sobre los ataques de la sociedad, el ser tú mismo, el tenerlo todo bajo control. Al fin y al cabo, eso éramos nosotros, la esencia de Stray Kids.

Sin embargo... Se que necesito ayuda. No puedo evitar pensar en Minho, no sé por qué extraño motivo, todo se volvía más fácil después de hablar con él. Es mi alma gemela y nunca tuve reparo en decírselo.

Voy hacia la sala común, él suele ir allí por las tardes después de ensayar. Lo encuentro, pero no como imaginaba encontrarlo, sino tumbado en el suelo junto a uno de sus gatos. Sus cabellos húmedos y alborotados por las incansables horas de danza, se pegan al pequeño y pálido rostro de ángel, en el que los carnosos labios entreabiertos y la luminosa mirada perdida logran provocar en mí un pequeño hormigueo. Su torso desnudo está cubierto por el único abrigo de su propio sudor. Un ligero temblor se apodera de mis piernas.

Él me mira.

Mis labios se resecan.

¿Qué me pasa? No es la primera vez que pienso que Minho es guapo, pero sí es la primera vez que sus ojos hacen que me sienta violento.

_¿Qué haces ahí parado?

Él se ríe. Hace un gesto con la mano para pedirme que me tumbe junto a él, como un gato más.

Me acerco y obedezco.

_No podía escribir, no estaba concentrado.

Evito el contacto visual. Él se da cuenta.

Y se ríe.

Acaricia mi pelo con una mano, mientras toca a su gato con la otra.

_¡Eyyy! No soy tu gato.

No puedo evitar comportarme como un niño.

_¡Claro que lo eres!

_¿Igual de adorable?

Nos miramos por primera vez a los ojos. Mis orejas enrojecieron.

_¡Por supuesto!

Minho se pone sobre mí, inmovilizando mis manos para hacerme cosquillas. No me lo pienso, le sigo el juego. Está tan cerca que siento su respiración en mi cara.

_No te acerques tanto ¡Vas a empaparme de sudor! ¡Dúchate!

Él se ríe, nunca deja de mostrar esa blanca sonrisa. Como uno de sus gatos se frota contra mí, mojándome con su sudor.

_Tendrás que venir conmigo a la ducha ahora.

Mi corazón late con fuerza ante tal comentario. Sé que se ha dado cuenta. Mis brazos siguen rodeando su cintura.

¿Quieres que vaya?_le digo con el rostro sombrío incendiado por la calidez de un sonrojo.

La perdición vive conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora