Voces en mi cabeza... Nunca paran.
Me persiguen hasta que dobló en la esquina, como dagas aferrada a mi ojo.Mi constante suspiro más no elimina la desdicha de mis espejismos y me empiezo a sofocar en todas las emociones intensas que me recorren en estos tiempos de guerra moderna.
He pensando seriamente en ser una adicta con problemas, pero cada vez que sabía que caería a esas tumbas... ¿No sería como otro error?, acaso ¿esta bien, por que No todo lo que dice la gente y el gobierno es verdad?
Mis ojos son perdedores de mi alegría, así que me motivo para actividades que me den el impulso para tener ese sentimiento y creermelo mejor.
Debo suponer que las personas adultas tienen razón : «Es la adolescencia. Ya pasará...» Excepto que no es la adolescencia la única explicación del camino de vivir o morir.
La imnotisante melodia vuelve eufórica como Irina y me sumerge en una ola de alegría por mi carta al revés en el espejo.
La esperanza morirá en manos de mi rendición, dejaré la humanidad de los sentimientos ser una contradictoria alegría, y dejaré que mis ojos tengan su sano derrame de sangre en la pupila de tinta.
Aun que siga cayendo... Disfrutaré de la Brisa del viento multiplicandose con mi peso por velocidad, recorrer mi alma para limpiar mi inquietud y ansiedad. Dejaré que la ansiedad vaya a...