Voy caminando, disparan.
Despierto, ella y el en peligro.
Subo las escaleras, alguien me persigue.
Estoy en la ducha, me resbaló en el el desnudo suelo de la tina y en el transcurso me golpeó la cabeza y lo siguiente que se es que el sueño me atrapa inmediatamente.
Se oyen disparós y llegan lacrimogenas por todas partes. «¡CORRAN!» dicen. Lo intento, pero no paran las lágrimas, ardiendo en mis ojos, quemando mi pelo. Todo el mundo corre, haciéndose paso entre sí. Y alguien se cae —¡ Perdón... Enserio lo lamento ! — Alguien le sangra la pierna (¿¡qué te paso amigo!? ,¿¡estás bien!?). (Los perros... ¡Qué alguien los cuide... ! Uf, menos mal alguien