El sumbido palpita en mi cabeza; Estampó la parte trasera de mi cabeza con la pared de baldosas celestes. La molestia que causa el zumbido solo crece, haciéndose más molesta. Las voces no paran, sólo desearía gritarles que se callen. Quisiera sacar aquel mal día de mi presente memoria, solo es un balbuceo de autocompasión y desdicha. Se que —aun no me gusta decir que una cosa es peor que la otra— hay situaciones mucho más diferentes.
Así que, fingire que no fue un día tan malo y dormiré. Dormiré por fin, en ese mundo de realidades creadas por mi mente como un rastro que me persigue; Dormiré, por que no puedo morir; Respirare, por qué no puedo morir; Caminaré, por qué no puedo caer y morir; Pestañaree, por que sigo viva y no amanecí muerta. Y, quizás, algún día podré ver el sol brillar; Sonreíre, por que no puedo llorar con esta miseria. Y, de otra forma, si no sonrió a la miseria solo podría acabar con sobredosis de antidepresivos o alguna droga llamada "medicamentos" ;
Intentaré estar bien, por que no puedo estar mal; Intentaré tener esperanza, por que sin esperanza solo me queda nada;
Escucharé música, por que de otra forma tendría que escuchar sus conversasiones vacías y prejuiciosas; Cuyo aporte es mínimo o inexistente, considerando lo difícil que parece la vida y la existencia ajena y propia aveces.
Y aún que pase la noche viendo el más allá de la vida, el más allá del cielo y sus constelaciones, el más allá de mi vida, el más allá de esta realidad, el más allá del infierno... Dormiré pensando en esos labios imperfectos perfectos, imaginando el roce que tendrían cerca de los míos. Soñare despierta, por que es lo poco que me queda de mi mente. Y quizás, cuando alcance a la noche eterna e inconsciente, podre llegar a un nivel más real de sensaciones mezclados entre tu y yo.
