19

717 48 37
                                    

—Aiden —oigo el murmullo de una voz llamándome en la oscuridad—. Aiden, despierta.

La oscuridad cómoda en la que me encontraba tan plácidamente dormido esta empezando a desaparecer y la luz se hace paso molestándome.

—Aiden.

La voz es suave y agradable, como una melodía armoniosa que seria capaz de encantar y domar a una bestia salvaje. Estaba a gusto durmiendo pero me gusta oír esa voz aunque me muera por dormir mas.

—Solo cinco minutos mas —farfullo medio dormido y tengo dudas de si se ha entendido algo de lo que he dicho.

—Despierta, no seas remolón —insiste esa voz a la vez que noto un cálido beso en mi mejilla.

Me remuevo en la cada y obligado abro los ojos pero los cierro de golpe al sentir la luz de la mañana golpearme en la cara cegandome. ¿Quien abrió mis cortinas?

—Buenos días —murmura esa voz de nuevo y yo reconozco esa voz y entiendo porque mis cortinas están abiertas.

—¿Por qué me odias? Estaba teniendo un sueño maravilloso —gruño dejando que mi cara se hunda en la almohada.

—¿Ah si? ¿Que soñabas? —preguntó Erin curiosa y divertida.

Abrí un ojo aun medio oculto por la almohada y sonreí malicioso:—Soñaba que Mila Kunis me hacia una mamada.

—¡Aiden! —exclamó con la boca abierta.

—¿Celosa? —pregunto divertido levantando la cabeza de la almohada.

—¡Si! Se supone que tu ahora eres mío —dijo acercándose a mi cara con una sonrisa radiante pegando sus dulces labios a los míos.

—Humm..., sabes a café —murmuré al separarnos relamiendome los labios.

Ella sonrió y podía jurar que sus sonrisa brilla mucho mas que el sol.

—Y ahora...¿me dices la razón de porque estas en mi habitación y me has despertado? —pregunto acariciando los mechones castaños que enmarcan su bonita cara—. Mi madre podría entrar en cualquier momento.

—Ya me aseguré echando el pestillo, llevo un buen rato aquí —dijo y mis cejas se dispararon con sorpresa—. Eres difícil de despertar, y también me gusta verte dormir, eres un angelito muy tierno.

—Pero cuando despierto soy una bestia del sexo –bromeo y ella se pone roja golpeándome el brazo—. Ni que fuera mentira.

—Cállate anda —dijo y sorprendiéndome se subió sobre mi pegando sus labios a los míos.

Esto era mejor que beber café directamente de la taza, era una mezcla deliciosa, los labios de Erin con café, creo que se va a convertir en mi sabor favorito.

Paso mis brazos por su cintura pegándola a mi con un beso profundo pero suave y lento disfrutando del sabor de los labios del otro jugando con nuestras lenguas. Ella mueve sus caderas inconscientemente contra las mías excitandome y descontrolando mis pensamientos, haciéndome gemir contra su boca.

—Si sigues haciendo eso vamos a acabar muy mal —murmuro agarrando su culo con mis dos manos separándome apenas un milímetro antes de volver a devorarla.

—¡Aiden! —exclama mi madre golpeando la puerta interrumpiendo el mejor momento de la mañana—. ¿Has cerrado con llave? Luego te quedas dormido porque no puedo entrar a despertarte.

—Mierda —murmuro dejando caer la cabeza hacia atrás.

—Será mejor que me vaya —susurra Erin besando mi mejilla levantándose de encima de mi.

Atracción ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora