18. RESPIRA. RESPIRAWilliam
Ayudé a Lui a limpiarse como ya era costumbre, estaba recostado en la pared del baño con el rostro pálido. Las gotas de sudor le bajaban por el cuello, con los ojos cerrados. Sin despegar los párpados levantó la mano enseñándome el dedo de en medio. Negué con la cabeza conteniendo la risa, ¿pero qué diablos con Lui? Este hombre era imposible.
—¿No te enseñaron modales en casa, Lui?
—Los mandé a la mierda en el momento en que me di cuenta de lo idiota que es mi mejor amigo. ¿Solo sexo? ¡Vamos, Will! No es sexo. Sexo serio pasarte a Lessa o a cualquier otra chica de esas que no importan, pero ¿Abbi?
—No es eso, no estábamos teniendo sexo. Ni siquiera sé si es la indicada, era solo roce.
Lui soltó una carcajada tomándose el pecho por el dolor, se frotó las muñecas antes de verme fijamente con sus ojos que poco a poco perdían el color. Lo ayudé a sentarse en la taza del inodoro. Mojé una punta de la toallita de cara de Abbi y le limpié el sudor.
—Sí, claro. Me sorprende que incluso quisieras tocar a una mujer. ¿Cómo sentiste?
—Como si fuera a explotar. Todos mis sentidos se perdieron, no quería nada más que a ella, más cerca y más profunda. Tan húmeda, tan dulce. Quería llevarla al borde de la locura, escucharla gemir y saber que yo estaba provocando eso. Quería eso desesperadamente.
—Te das cuenta, ¿verdad? Eso, William, eso no es solo sexo. Sexo es querer complacerte a ti mismo sin importarte si ella está bien o no. Solo sexo no es sentir a la otra persona dulce y apetitosa. No es eso, para nada. Espero te des cuenta rápido de lo que sientes, no cuando Abbi se desespere y salga corriendo a la mierda y te quedes solo con el puto corazón roto.
Observé a Lui por unos minutos. Claro que tenía razón, Abbi era linda, atractiva y diferente, me gustaba, pero... no podía simplemente aceptarlo. Sería demasiado raro aceptar que estaba creando sentimientos fuertes para ella. No, no podía ser débil ante la élite.
En la élite era poco común que las personas estuvieran solo con una persona toda la vida, sin exagerar, las personas no se casan con la persona que pierden su virginidad. Apuesto a que ni siquiera mis padres lo hicieron.
No quise negarle a Abbi acerca de Lessa, no sin comprobar qué había pasado con Lui. Necesitaba respuestas de esa relación tan rara que habían tenido o aún tenían. Hasta el momento no sabía cómo actuar o cómo moverme respecto a ese tema.
Cuando Lui estaba mejor, salimos con el resto de las personas. Me sorprendió no ver a Abbi por ningún lado. No estaba en la cocina, ni en la sala de estar y, definitivamente, no la vi en su habitación cuando salimos del baño. Quizá salió a dar una vuelta. Cansado por todas las actividades de hoy, me dejé caer junto a Lui en el sillón donde hace menos de dos horas tenía a Abbi. ¡Carajo! No dejaba de pensar en esa hermosa sensación. Quería más.
Escuché las estupideces que Ash tenía que decir, no dejaba de hablar de su hermana y su falta de ética. Quería sacarla, no podía venir a nuestro hogar y hablar mal de ella. No era correcto. Juntando toda la maldita tensión del día me paré de golpe y señalé la puerta. Tenía límites y ella llegó a ellos.
—Connor, agradecería que te llevaras a tu mujer, estoy cansado de ella. No es bienvenida, no ahora.
Connor se puso de pie ignorando las quejas de Ash. Le dio una muy mala mirada como si le dijera cosas horribles sin hablar. Ashley se encogió de hombros como siempre siguiéndolo hasta la puerta. Esa mujer estaba desesperada por cariño. Despedí a todos los demás que no dijeron absolutamente nada al momento de irse. Lui pasó dándome un guiño de ojo antes de salir. Su maldita teoría de que amaba a Abbi iba a volverme loco.
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TENÍAS QUE SER TÚ
RomancePRIMERA PARTE DE LA SERIE "LOS HAMILTON" El destino estaba escrito desde que eran niños, trazaron una historia que jamás imaginaron. Condenados a vivir un matrimonio por conveniencia para mantener el linaje real. William Hamilton tiene el mundo a su...