23. LUCHANDO

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23. LUCHANDO

Abbi

Hoy teníamos una fiesta de gala como era costumbre en The Royal, el baile Queen of London era un baile sencillo pero importante para la sociedad. Se celebra después de una de las sesiones en la cámara de Lores. Mamá me había mandado a hacer un vestido amarillo de encaje. Era pegado de la parte de arriba, sin espalda, sin escote, muy elegante. El vestido tenía una abertura en la pierna derecha que ayudaba a mostrar mis zapatos de doce centímetros.

Como era costumbre pasamos por el ritual habitual con mi hermana de belleza. Mascarilla, pedicura, manicura, depilación completa, exfoliación de cuerpo e hidratación con parafina. Dolorosamente perfecta. Bien dice que la belleza duele y hoy lo comprobé por décima vez en mi vida, sobre todo la depilación de piernas y de ahí abajo.

Mi cabello estaba suelto en ondas perfectas, me encantaba cómo me dejaron el cabello con los pequeños pines que brillaban de manera increíble, como si fueran pequeños destellos en mi cabello negro. Salí de mi habitación sabiendo que Will esperaba por mí, hace diez minutos que debía estar lista.

Nuestras miradas se cruzaron. Se veía increíble con el esmoquin negro y la pajarita combinada. Nunca lo vi tan elegante, solo la noche que nos comprometimos. Ese día estaba tan nerviosa que no presté atención a casi nada. Le tomé la mano para que me guiara fuera del apartamento. Antes de salir, me tomó el collar acomodándolo en mi cuello. Me dio un beso en la mejilla y sonrió.

—Pequeña, las promesas que te dije están llenas de deseo. Esto es lo que quiero. Te quiero a ti.

—¿Ames ya se fue de Londres? —pregunté. No había otra razón para que dijera esas palabras.

—No, pequeña. Ella aún está aquí. Pero no hay nada que me pueda separar de tu lado. Ya te lo dije, siempre fuiste tú.

Sin dejarme responder, me sacó del apartamento. Esta fiesta iba a ser demasiado interesante. Más que Harry estaba dispuesto a demostrarle a su padre que debía de estar conmigo y no con Will. Un vacío se formó en mi estómago. Esto estaba solo a punto de complicarse.

Quería dejar a Harry y demostrarle a William que solo él era para mí y nadie más. Quería demostrarle que era suya como él era mío. Así es la vida de complicada, ya que Harry estaba dispuesto a no dejarme ir. Por ahí dicen las malas lenguas que Harry quiere hacerme sufrir por un problema antiguo entre William y él, lo especial de eso es que ya lo sabía y no iba a dejarme vencer por nadie ni por nada. Pero me gustaba jugar y estaba dispuesta a jugar un poco más este juego.

Siempre fue Will, la persona que me cautivó, me cuidó y, en cierto punto, me protegió. Incluso cuando ya no podía más con mi vida por tanto acoso y maltrato, él siempre me decía que eso me haría más fuerte y al final sería yo mejor que todos ellos. Él me ayudó a salir adelante, mi vida le pertenecía en todos los aspectos. Sigo pensando que soy patética, pero qué más da.

—¿Pequeña? —dijo Will a mis espaldas—. Estás temblando. ¿Estás bien?

Solo estaba nerviosa porque Harry me había mandado un mensaje diciendo que esta noche era suya. No podía ser suya, ya que venía con William y estaría toda la élite metida en un mismo salón. En cierto punto las cosas estaban mejorando con William y no podía arruinarlas por completo. No, me negaba a hacerlo. Solo me gustaba llamar la atención de William, tampoco es que lo cambiaría por completo, eso jamás pasaría.

—Es importante que sepas que no voy a complicar tu vida. Antes de entrar, William, tienes que entender que todo lo que estoy haciendo es por ti. No mereces a alguien como yo. He visto cómo la miras, no es... igual. Yo solo soy yo y ella es ella. No puedo competir contra nadie.

TENÍAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora