Capítulo 9

1.8K 252 207
                                    


L U N A

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


L U N A

—¿Ya me dirás qué te pasa? —pregunta Ámbar tomando a Loti del suelo y dejándola sobre su cama en la que ahora estoy sentada.

La pequeña cachorrita intenta caminar hacia mí, pero se enreda con la sábana así que la tomo en mis manos.

—Me gusta Stéfano —confieso repentinamente.

No puedo mentirle a Ámbar, y mucho menos ocultarle cosas.

Su primera reacción es soltar un grito y cubrirse la boca.

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¡Quiero saberlo todo! —inquiere con mucho entusiasmo.

—No te alteres, no es algo feliz. Necesito encontrar el modo de sacarlo de mi cabeza ya mismo.

Se sienta junto a mí, confundida por la confesión y por mi molestia.

—¿Por qué? —pregunta tristemente— Están hechos el uno para el otro...

—No, claro que no.

Ella entrecierra los ojos como si yo fuera una tonta que no entiende nada.

—Stéfano prácticamente vive por ti, solo es un poco lento.

Hablar de esto me da muchísimas ganas de llorar, no sé por qué, pero ver a Stéfano de otro modo me duele, siento que hay algo entre él y yo que se rompió y no tiene solución.

Lo que teníamos, esa magia, esa amistad perfecta y sin fisuras, ya no está.

Ahora él me cuenta cosas y me duelen, le oculto una gran parte de mí y le digo mentiras.

¿Cómo es que todo se pudo arruinar tanto? ¿Cómo es que pasamos de ser el complemento perfecto a un amor no correspondido?

—Es pequeño, tiene que vivir su adolescencia, divertirse, tener experiencias; no es justo fijarme en él ahora que se atreve a salir al mundo.

—Luni... tienes que decirle —asegura Ámbar tomándose el asunto con más seriedad al ver mi tristeza.

—No, eso ni siquiera es una posibilidad. Está con Arianna, se veía tan... nervioso y feliz. No le quitaré eso solo porque yo estoy confundida.

—Ajá... —responde en tono de mamá mandona— Entonces te quedarás aquí llorando como una tonta mientras lo dejas ir.

—No estoy llorando —protesto arrojándole una almohada.

—Estás apunto de hacerlo...

—¡Claro que no!

Ella me ve entrecerrando los ojos con incredulidad.

—A ver... mírame. —Toma mi mentón para hacerme levantar el rostro y lo aparto de inmediato— Mejor vayamos por un helado, ya procesaremos todo y veremos qué hacer.

Por una mirada [PR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora