Capítulo 22

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A R I A N N A

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A R I A N N A

Confianza, palabra difícil de procesar para mí. No confío en nadie, ni en mis amigos, mi en mi familia, ni siquiera confiaba en Stéfano y por lo que me demostró en realidad hice bien en no hacerlo.

Soy de tantas formas diferentes que incluso a mí misma me cuesta diferenciar cual es la real, cual de todas las caras que muestro me representa más, cual soy realmente yo.

¿Cuál es Arianna en realidad? ¿La chica fuerte e inalcanzable que conocen todos en el colegio o la dulce y tierna que quería ganarse el corazón de Stéfano? ¿La que daría lo que sea por sus amigos, o la que no les contesta el teléfono aún sabiendo que están preocupados? ¿La chica perfecta que siempre saca diez, o la que no teme copiar en los exámenes? ¿La que le tiene terror a su papá o la que se atreve a desafiarlo?

Soy todas, o tal vez ninguna.

¿Por qué me duele tanto este vacío? Porque creí que Stéfano era mi oportunidad de salir de la oscuridad.

Algo en él me atrajo siempre, aún sin haber hablado jamás a solas, las pocas veces que lo escuchaba decir algo siempre era ocurrente, decidido, su opinión importaba y él no tenía dudas de eso.

No puedo decir que me enamoré, pero todo el misterio que lo envolvía, la forma en que reaccionaba cuando alguien se metía con su familia, la seguridad que desprendía y el hecho de que era el único chico que no babeaba por mí, lo convirtieron en el dueño de muchos de mis pensamientos.

Pero mi ego nunca me permitió intentarlo, Stéfano Romano era un misterio para todos, los chicos decían que era un arrogante y por eso no hablaba con nadie, porque se creía demasiado. Las chicas lo encontraban caliente, pero ninguna se acercaba porque se rumoreaba que él salía solo con chicas mas grandes.

Me sorprendió descubrir que en realidad no salía con nadie, que era un chico tímido y hogareño, un tanto frío y desapegado, que se sostenía en un cien por ciento de su familia que es el sueño de cualquier persona que tenga una familia disfuncional.

Todo con él fue confuso desde el comienzo, su corazón no era mío y el acceso no era fácil, todo el tiempo tuve la sensación de que había alguien más en su mente, que no importaba cuánto me esfuerce, jamás sería suficiente porque llegué tarde.

Lo tonto es que aún sabiendo que otra ocupaba sus pensamientos no quería dejarlo ir, todo lo que rodeaba a Stéfano era perfecto, su mundo, al que me había permitido entrar muy pronto, era completamente opuesto al mío. Aquí todos te escuchan, a todos les importa lo que pasa con los demás, todos tienen la mente abierta y no juzgan... Es que tú cruzas esa puerta y la felicidad te invade en un instante.

Yo quería ser parte de esto, no quería ser una simple espectadora, y si lograba llegar al corazón de Stéfano estaba segura de que así sería. No es que me fijé en él por interés, me fijé en él porque me gustaba demasiado, y me sigue gustando, pero sería hipócrita no admitir que mi afán por mostrarle lo que creí que lo enamoraría llegó cuando conocí a los Romano.

Por una mirada [PR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora