Capítulo 24

1.1K 197 100
                                    

L U N A

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

L U N A

Tengo mucho sueño, pero Isabella dijo que quería desayunar conmigo y ella se levanta muy temprano para ir a correr. Como a esta hora llega, son siete y media.

Hoy es su fiesta de cumpleaños, así que me esfuerzo por no despertar a Stéfano al levantarme para que luego no esté cansado por la noche. Tal vez en unas horas le traigo el desayuno, ahora mejor que siga durmiendo.

Le lanzo una mirada antes de salir, se ve muy hermoso, se ha destapado casi por completo porque hace calor, me quedo mirándolo por varios segundos sin notarlo y eso me hace darme cuenta de que por primera vez en mi vida estoy muy enamorada.

Eso me hace sentir extraña y me asusta, no quería que nada cambie y ahora todo es diferente, diferente de una forma hermosa, pero cuando todo es tan perfecto siempre existe el miedo de que se acabe.

Ni siquiera me quito el pijama, Isabella me envío un mensaje hace unos minutos que decía que se daría una ducha rápida y estaría aquí en unos minutos. Simplemente bajo, hace calor para ser tan temprano así que ninguna bebida caliente, tal vez chocolatada o jugo de naranja.

Me decido por el jugo mientras pongo a tostar unos panes integrales.

—¡Por Dios! Qué calor... —exclama Isa dejándose caer en una silla del jardín, decidí que sería mejor desayunar aquí para no despertar a los demás.

—Hoy vendrán a limpiar la piscina —comento.

—¡Por fin! Ayer hubiera sido un día de piscina perfecto.

Recién va comenzando el verano, son los primeros calores y por eso aun la piscina no está en condiciones. Igual coincido, ayer estuvo insoportable el calor, tuvimos que pasar todo el día adentro con el aire acondicionado encendido.

Me siento un poco incómoda, hace meses que no me habla y si lo hace solo es para gruñirme. Yo la quiero muchísimo, crecí con ella al igual que con Stéfano y Ámbar, y soy consciente de que no ha estado pasando por sus mejores momentos, pero de todas formas no sé qué decir, así que me mantengo en silencio, esperando. Después de todo fue ella la que me dijo que quería hablar conmigo.

—Lo siento —dice luego de que pasaron unos minutos—. Me comporté como una niña caprichosa contigo y no tengo una excusa, solo una disculpa.

—Está olvidado —respondo con una breve sonrisa.

—No pretendo que ahora seamos mejores amigas, entiendo que me equivoqué, pero las dos amamos mucho a Stéfano y sería bonito que al menos podamos compartir el mismo espacio.

—Olvidado —insisto, sonriendo por su nerviosismo—, por completo.

—¿Así, tan fácil? —se sorprende desconfiando.

—Así, tan fácil. Yo nunca estuve molesta contigo, solo estaba esperando que a ti se te pasara para volver a ser amigas otra vez.

En realidad, tuve mis etapas. Por momentos me fastidiaban sus gestos y destratos, por otros la entendía o intentaba hacerlo, en otros simplemente no me interesaba pensar en eso; pero de algún modo siempre supe que este momento llegaría y todo estaría bien otra vez.

Por una mirada [PR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora