Capítulo 31

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L U N A

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L U N A

Estaba segura de que la distancia aclararía las cosas, de hecho estaba muy segura de que estaba haciendo lo correcto, pero siendo extremadamente sincera desde que me separé de él todo ha sido difícil y doloroso.

Ya ni siquiera sé lo que pienso, ni lo que siento, ni cómo lo siento. Yo ya no soy su Luna, él ya no es mi Toti, y me enoja que aun sabiendo eso no puedo sacármelo de la cabeza.

¿Tanto lo tengo que amar?

Mas allá de Stéfano, el viaje me hizo muy bien. Estar lejos, conocer a otras personas, conocer lugares, estar sola a pesar de estar rodeada de gente, me ayudó mucho a estar conmigo misma y pensar con sinceridad cuál es el rumbo que quiero darle a mi vida.

Creo que aunque la experiencia fue bonita, hasta aquí llegó mi carrera como modelo. Da buen dinero, posibilidad de viajes, reconocimiento y más; pero también siento que de algún modo estoy traicionando bastante mis ideales cuando me prohíbo comer una hamburguesa por seguir encajando en sus criterios estéticos, además de seguir reproduciéndolos.

Nací dueña de mi cuerpo, yo decidiré qué comer, cuánto ejercicio hacer y cómo llevar mi cabello. Los contratos que me ofrecían tenían muchas exigencias, tanto físicas como ideológicas, había clausulas sobre temas de los que no podía emitir opinión en redes sociales para cuidar mi imagen.

No soy eso, no soy sólo mi cuerpo, también soy mis ideas. No puedo olvidar una parte de mí para venderme de ese modo, así que preferí irme por las buenas y dejar esta campaña como última, rechazando los contratos con la excusa de que solo lo hice por diversión y que no quiero dedicarme a esto.

Y me regresé, más de dos meses lejos de casa, lejos de mi familia, lejos de él.

Verlo fue una sensación extraña, la última conversación que tuvimos fue esa videollamada ridícula que jamás debí pedirle, luego de eso me bloqueó en WhatsApp y yo lo silencié en Instagram para no ver sus estados ni publicaciones. Sabía que allí vería cosas que me dolerían, pero a la vez sentía que eran cosas que debían pasar.

Lo primero que se me pasó por la cabeza al verlo fue "¿Cómo demonios creció tanto en dos meses?", había una imagen de Stéfano en mi cabeza, y entonces lo vi, y esa imagen desapareció, ya no es el mismo, ahorita se ve como un Romano en toda su expresión.

Me siento abrumada por la situación, aunque su decisión fue muy madura y realmente sincera, me pidió tiempo pero no distancia, me pidió que seamos los de antes aun sabiendo que no podemos, me dejó, sin dejarme del todo. Lo mismo que hice yo con él, pero por tiempo indefinido.

Aquí la verdadera pregunta es ¿cómo?

¿Cómo te resistes a tu mejor amigo al que amas y sabes que te ama, al que deseas y sabes que te desea, y que para colmo ahora está incluso más bueno que antes?

Por una mirada [PR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora