POV: Adara
———
Estaba harta de pensar en huir.
No pensaba marcharme.
Había tomado la decisión de quedarme.
Me quedaría por Enzo y porque gracias a él me había acercado más a mi bisabuelo. Puede que estuviera loca y que no hubiese pensado con más detenimiento lo que quería hacer. Pero estaba siguiendo lo que mi corazón me gritaba.
Volveré a la isla.
Volveré a la mansión.
Y allí me quedaría hasta que descubriera que diablos pasó en verdad con los Williams. Con mi familia. Y tal vez con un poco de suerte, descubriría algo de mis padres y de por qué con solo siete meses de vida fui llevada a un convento.
Ya sé que todo lo que pasé en ese lugar fue un verdadero y espeluznante calvario, y que me juré no volver porque casi me vuelvo loca. Pero ese papel donde Leonard de su puño y letra redacta desolado, que sabe que todo su patrimonio por el que seguramente habrá luchado dejándose el alma, se perderá porque no habrá nadie que se encargue de su legado... tocó las profundidades de mi corazón. Y tampoco podía dejar pasar que nombrara a su esposa con esa pena y a sus hijos como si hubiese estado decepcionado. ¿Qué pasó realmente con ellos?
Atravesé todo el camino de piedra hasta volver a Roundstone. Me di unos segundos para mí, soltando aire. La inseguridad me dominó.
La última vez que estuve ahí la gente me tachó de «maldita» y me repudiaron.
Pero ahora gracias a Enzo nadie se meterá contigo. Me dije en mi fuero interno.
Eso esperaba.
Entré al pueblo recorriendo unas cuantas calles para ver si daba con Enzo. En sus ojos vi la decepción mezclada con la furia cuando se marchó del acantilado. No estaba valorando lo que la vida había puesto en mi camino. Y era una verdadera idiota. Enzo se había enfrentado al pueblo por mí. Eso, y solo eso, debería ser más que suficiente para dejar atrás mis miedos, mis prejuicios, y dejarme llevar por lo que sentía... y porque Enzo era el único hombre que me había hecho sentir una mujer deseada.
Solté un bufido frustrada tras estar dando tumbos y no encontrarlo por ningún lado. Sé que Evelyn se encontraba en el hotel de Mel, con ella también tenía que hablar para contarle las nuevas noticias. Qué nos quedábamos.
No pude evitar sentir que más de un par de ojos —aún acusatorios— me perseguían por cada calle que pasaba. Pero me había propuesto pasar de todo aquel que intentara discriminarme. No merecía la pena darles cuerda.
Regresé al muelle con la esperanza de encontrar ahí a Enzo.
—¡Enzo! —grité deteniendo mis pasos justo en frente de su barco.
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El deseo de Enzo [Deseo Éire #1] © (+18)
RomanceAllí estaba su deseo. Hecho mujer. La mujer de su vida. Un deseo marcado a fuego en su corazón. Él sabe que lo dará todo por ella. Hay deseos por los que vale la pena arriesgarlo todo. ________ Copyright © 2017-2020 El deseo de Enzo. Obra sujeta a d...