Capítulo 15

1K 84 6
                                    

POV: Adara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

POV: Adara

———


Yo, Leonard Williams, en plena posesión de mis facultades mentales, declaro a Howard Williams y Horace Price como mis únicos herederos. Todas mis rentas y propiedades pasarán a ellos cuando muera.

Horace, será el único propietario de la isla Williams.

Howard, será el heredero principal de la mansión Williams. Mansión que compartirá un diez por ciento con Horace.


Durante un rato no pensé en nada más.

Este testamento era una completa confusión para mí. ¿Por qué mi bisabuelo puso a Horace Price como único propietario de la isla Williams? ¿Quién fue Horace para que mi bisabuelo lo estimara tanto y con una plena confianza le legara la isla y parte de la mansión?

Y ahora el descendiente de Horace, ese tal Price, no aparecía por ningún lado. De hecho no sé ni siquiera su nombre. Eso sí que era raro. ¿Por qué se presentaría ante mí a través de su abogado, solo con su apellido; Price?

—Quiero que me expliques por décima vez, como me has convencido para que vayamos a la isla Williams con el barco de Enzo —expresó Dan de pie frente al timón con la vista clavada en el horizonte.

Alcé levemente la cabeza de los papeles en los que estaba abstraída.

—Porque si no te habríamos atado a un mástil y ahí te habrías quedado hasta que las gaviotas te picotearan los ojos —le replicó Eve provocando, cerca de la puerta.

Ella había hablado antes que yo, por lo que Dan le lanzó una mirada por primera vez, seria y cortante.

—¿Sabes lo más provocadoramente atractivo de que yo estuviera atado a un mástil? Qué tú estarías al otro lado del mástil siendo mi compañera. Porque habría hecho hasta lo imposible para que así fuera—siseó con puro sarcasmo.

Yo me tapé la boca para disimular la sonrisa.

Eve se había quedado boquiabierta y le lanzó una mirada furiosa.

—¡Insoportable! —le soltó irritada y se dio la vuelta saliendo del puente de mando, siguiéndola Shamus.

Ay Eve. Si tan solo no te metieras con él de esa forma. Pero por una parte se por qué lo hacía... por qué le atacaba de esa manera. Se estaba protegiendo. Estaba acorazando su corazón.

—Me estoy jugando el cuello, Adara. Lo sabes, ¿verdad? —me recordó Dan sin quitar su mirada del mar.

Dandelion era un bonachón. Y aunque al principio fue un hueso duro de roer para convencerle, al final se rindió a llevarnos a la isla Williams.

El deseo de Enzo [Deseo Éire #1] © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora