Capítulo 21

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POV: Adara

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POV: Adara

———


Di un paso, y otro más con las manos en la boca. Impresionada. Maravillada. Eufórica. Di una vuelta sobre mí soltando un sonido de alborozo.

—No me lo puedo creer —susurré.

Giré mi rostro hacia la entrada, cerca de la puerta había una placa dorada.

Salón de Esgrima & Ballet.

Escudriñé mi mirada al haber debajo de esa placa otra más con un texto en irlandés.

Bíonn gach tosú lag.

Hice una mueca. Lástima, no sabía irlandés.

Mi atención volvió al salón enorme. La intensa luz venía de los grandes ventanales que había frente a la puerta. El suelo y las paredes eran de una madera oscura. El techo tenía forma de bóveda. Molduras de un tono dorado. Y lo que más me gustaba de todo el salón. Un enorme espejo que ocupaba toda una pared. Había varias barras de ballet repartidas por el salón.

Sobre el ambiente había un aroma dulce, no podía distinguirlo, pero me encantaba. Esta era otra de las habitaciones que habría mandado a limpiar Price.

¿A quién de la familia le había gustado la esgrima y el ballet?

De pronto me sentí niña, volviendo a revivir los momentos que pasé tan divertidos en el Convento Santa María con la Madre Superiora, Aurora.

Habíamos terminado la clase. Las demás niñas se habían ido junto con la profesora de ballet. No me sentía tan machacada. Y eso que la clase había sido muy rigurosa. Según la Madre Superiora, había nacido para esto. Mirando mis bailarinas, me quedé pensativa enredando un mechón de pelo sobre mi dedo índice.

—Dime que piensas, Adara.

La voz de la Madre Superiora, Aurora, me distrajo y levanté el rostro hacia ella.

—Nada, Madre Superiora.

—Madre Aurora, ¿recuerdas?—me pidió una vez más.

Asentí sonrojada.

—Yo no quiero hacer como las demás niñas —expulsé de sopetón.

Madre Aurora giró un segundo su rostro hacia mí, mientras doblaba unas mallas limpias y las dejaba sobre un estante de la pared.

—¿No te gusta el ballet clásico y la danza contemporánea?

—Sí. Me apasionan. Pero... —mordisqueé mi labio, dubitativa. No sé si era buena idea decirle lo que pasaba por mi mente. Como era una locura. Pues me convertía en una niña llena de locuras.

El deseo de Enzo [Deseo Éire #1] © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora