Veintiseis

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Después comprender que el dolor hacía que las cosas explotaran decidió intentar con otras emociones, sólo que esta vez afuera, donde si las latas de dudosa procedencia explotaban no mancharían la casa que era alquilada.

Intento recordar lo feliz que había sido esos pocos días con su madre, cuando era pequeña y sus otros padres la llevaban a comprar al mercado, cuando se mudaron, esto hacia levitar las cosas. 

La furia las alejaba a velocidad, el miedo las hundía en la tierra y si mezclaba las emociones podía hacer varias acciones a la vez.

— esto te está divirtiendo muchísimo ¿no? — le cuestionó Adam una vez que hizo levitar una y explotarla en el aire

— es que yo no sabía que podía hacer esto — lo miro aún con los ojos realmente abiertos — ¿crees que ella sabría hacer esto?

— creo que Fela era más de la vieja usanza... posiciones y esas cosas

— no creo que sea así Adam, ella era muy lista y si decían que era la más poderosa al menos de las que conocían, me la imagino haciendo de todo — le sonrió — me vuelve loca pensarlo nada más

— solo te pido algo, nunca hagas eso conmigo

— ¿por qué te iba a hacer eso?

— si te enojas, no quiero ser levantado por los aires y después ver como mis intestinos salen volando por todos lados — dijo tan serio que ella en verdad pensó que él le temía — es broma cariño

El semblante de Adam no cambió en ningún instante, la seriedad era parte de él, pero Alessia ya había notado que se veía un poco más pálido si es que eso se podía y la mirada cansada.

— ¿estás bien? — cuestionó ella acercándose lentamente

— si, cansado, un poco pero bien — arrastraba las palabras y su respiración era pausada — ¿podemos volver a casa?

— si, vamos

Lo tomo de las manos para guiarlo a su hogar, Alessia sabía que significaban todas estas señales, falta de sangre, llevaba varios días sin probar gota y la fuerza comenzaba a abandonarlo.

— tienes que volver a sacar sangre Adam — señaló su cuello — venga va

— no, no quiero volver a hacerte eso

— no pasó nada, ya viste que todo está bien, toma la que necesites eso pasó hace días y yo estoy bien

— no puedo Alessia, con los días que han pasado probablemente te convertiría o peor ... te mataría

La chica comenzaba a ver lo débil y lo cansado que estaba su novio, intentaba guardar la calma pero no sabía que he más hacer hasta que Kaspar vino a su mente, si sabía de su madre era porque quizás él también era parte de todo esto.

— no te muevas de aquí — le ordeno la pelinegra — vuelvo enseguida, Adam, en verdad no te muevas

Adam no tenía ganas de detenerla y ella no le haría caso así que vio cómo salió casi corriendo de la pequeña casa, se acomodó en el sofá para descansar un poco en lo que Alessia tenía ganas de regresar.













Después de que Marlowe muriera cada día era más difícil para la pareja encontrar sangre en buen estado, lo que le había pasado a su viejo amigo podría ser en efecto una probabilidad para ellos.

Eve se había aventurado a creer en la palabra de un viejo conocido de Morlowe, le juro tantas veces que él era una buena persona que jamás dudo de la palabra de este ser cuando prometió conseguirle a ella una calidad de sangre bastante única.

Adam no tenía ni la menor idea si era lo correcto, ella jamás lo había visto antes pero al hablarle con tanta familiaridad y con la necesidad de encontrar sangre no le quedó más que confiar.

— no estás bien, te dije que no confiaras en él— le dijo Adam mientras la veía recostada en su cama

— ¿es mejor pensar que podrás detenerte y solo convertir a los demás? — tosió con dificultad— Adam se bien que en ocasiones no logras detenerte

— en ocasiones es mejor que el hecho de que quizás te voy a perder — se sentó junto a ella para poder tomar su mano — Eve no debiste

— no culpes a nadie por esto — el sabía a qué se refería — yo confié y acepto los errores — cada vez su respiración era más lenta — hagas lo que hagas no sigas matando gente, vuelve si quieres pero no hagas eso más

— no te prometo nada, ahora volver con esos zombies ya no tendría sentido para mi

— no te dañes — apretó su mano — siempre vas a estar conmigo y siempre voy a estar contigo

— así es Eve

Adam se inclinó para volver a sentir el aroma de la mujer que había sido el amor de su vida por tantos y tantos años, sintió como perdió la fuerza en su mano, ya no apretaba más, ya había dejado de respirar.

El sujeto que le prometió y le juro tanto le había engañado, le había dado sangre envenenada, sangre mala, a Eve se la había consumido en tan poco tiempo que verla sufrir a Adam le generaba más odio y repulsión hacia los humanos.

Después de dejarla tranquila, Adam decidió que era un gran momento para tomar un poco de venganza hacia su ya fallecida mujer.

Camino entre las calles sin mirar mucho, había acompañado a Eve unas cuantas veces sin aceptar claro que el sujeto le ofreciera a él nada de lo que recaudaba, llegó al callejón donde se solía ver con él, lo encontró dándole una bolsa con un polvo blanco a un sujeto que se veía bastante mal, el tipo le sonrió como burlándose de él.

— ¿qué pasa? ¿Eve te mando por más? — le dijo cuando estuvo bastante cerca

— ¡sabes bien lo que hiciste! — los ojos de Adam se volvían cada vez más amarillos — pero creo que llego el momento de devolverte el favor

— ¿de que estás hablando?

Al sujeto se le borró la sonrisa burlona de la cara para entender a lo qué Adam se refería, no se iba a molestar en comérselo, en beber toda esa sangre asquerosa de zombie, dejaría que las cosas fluyeran, literalmente, por sí mismas.

Tomo al sujeto por los hombros le mordió el cuello tan fuerte que este solo pudo soltar un gran grito, Adam le escupió en la cara lo poco que había entrado a su boca y lo dejó ahí, para que se desangrara.

Los recuerdos volvieron a la mente de Adam, los que hicieron que una pequeña lágrima saliera por la mejilla.










Alessia corría por las calles de Gdansk, Kaspar le había dicho que lo que necesitara lo podría encontrar en la casa donde vivía Fela pero ella no tenía idea de si realmente estaría en cualquier momento.

Llego a la esquina, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo a recordar donde estaba situada, ya Fela no estaba ahí, la casa estaba obscura, fría.

Se sentó en la roca donde solía esperarla, le dijo que vivía cerca, pero ¿que tan cerca? ¿Como podría verla si llegara acá?

Unas pisadas se escucharon cerca de ella, las hojas crujían, a Alessia cada vez le parecía más una tontería que Adam no quisiera tomar de nuevo de su sangre.

— ¡Alessia! — Kaspar salió detrás de un arbusto, difícil no verlo

— Amm Hola, no sabía bien si podría encontrarte — dijo ansiosa

— te dije que siempre que lo necesitaras — se sentó a un lado de ella — ¿que necesitas?

— sangre ... necesito sangre


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Hola!!! ¿Como andan? Perdón por dejarlas tanto sin un capitulo 🙈🙈
Al rato les subo otro para compensar 😅 yo creo que el otro miercoles también repetiré la dosis!

Espero que hayan disfrutado este cap

Come with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora