Dieciocho

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Alessia y Adam decidieron llevar su relación al siguiente nivel, las caricias proporcionadas el día anterior y la forma en que el pelinegro la había amado, no se pueden describir con palabras, ella no se había sentido tan amada como aquel día.

El sol se estaba ocultando y los sueños de Alessia no estaban en función, no podía pensar en algo más que no fuera Adam, pero las intensiones de su "aparición" eran otras.

Todo se volvió obscuro, una vela iluminaba el lugar, ella intentaba ver más allá pero no lograba divisar gran cosa, una mesa de madera, dos sillas y una especie de estructura en ruinas.

— mi niña — la mujer apareció en una de las sillas — siéntate, tú novio tenía razón, puedes pedirme que aparezca si es que lo quieres así

— ¿por qué puedo escucharte? ¿Quien eres?

— creo que vas a tener que averiguarlo por tus propios medios hermosa, solo puedo decirte que vas por un buen camino, has descubierto que los que decían ser tus abuelos no lo son

— ¿como se yo que no solo eres un producto de mi imaginación y me estoy sugestionando? Esos eran mis padres, yo jamás conocí a mis abuelos y sólo por que una mujer que aparece en mis sueños ¿me lo dice tengo que creerlo?

— aún no entiendes, pero lo harás, cree en tus instintos, ese poder que tienes no se lo dan a cualquiera — extendió su mano para tomar la de Alessia — eres especial mi niña, tú poder es más fuerte de lo que crees, confía en lo que siente tu corazón y lo que quieres encontrar lo harás

Cuando la mujer tomó su mano Alessia sintió una especie de conexión, como la que había sentido anteriormente, tan familiar que la aterrorizaba, estaba desesperada por saber quién era ella y porque la trataba así, la mujer también estaba desesperada porque ella descubriera quién era en realidad.

— ¿como es que puedo estar segura de todo lo que me dices si no tengo a nadie vivo con quien consultarlo? — cuestionó la chica

— tienes que buscar, no entre los muertos — aclaró la señora — ahí no vas a encontrar nada, solo tú sabes a dónde ir y que tus pasos te lleven al lugar correcto con la persona correcta

— estoy me está frustrando más de lo que puedo permitirme ¡estoy harta! — dijo ella dando un golpe en la mesa — no quiero saber ya nada, no me importa de donde vengo y tampoco quiero saber que son estos "poderes"

— ¡Mi niña! — respondió con lágrimas en los ojos — tienes que averiguarlo

— no, no lo haré y no me importa quien seas tú, ni cómo llegue a este mundo, estoy harta de no entender nada, podré vivir con esto

Chocó con la obscuridad en cuanto abrió los ojos exaltada, no sabía dónde estaba ni lo que había ocurrido en ese sueño, vio que Adam seguía durmiendo así que decidió no molestarlo más con el tema y seguir como si nada, en unos días más le diría que esto había terminado y volverían a Detroit en busca de una nueva vida, tal vez juntos.

Salió de la habitación en busca de algo de comer, estaba muerta de hambre y con un montón de cosas en la cabeza, ya con la comida preparada vio los libros que salían de la maleta del vampiro, tomó uno para hojearlo.

— ¿ese fue el que encontraste interesante? — cuestionó Adam detrás de ella

— me asustaste — dijo con la mano en el pecho — tú no haces ruido nunca, nunca

— lo mismo decía ...

Adam se quedó en silencio viendo hacia el piso, no había mencionado ese nombre desde hace un tiempo y Alessia no se animaba a hablar de él.

— ¿Scott?

— perdón no era mi intensión recordártelo

Jalo a la chica para sentarla en el pequeño sofá, llevar su nariz hasta su cuello.

— ¿como lo conociste? Me refiero a cómo le dijiste que eras Vampiro y necesitabas sangre

— no tenía muchas opciones, te dije que huimos cuando Ava hizo lo que hizo, cuando regrese el hematólogo que me suministraba la sangre se fue en unos cuantos meses y después llegó Scott

— pero ... ¿fue súper fácil decirle?

— no, obviamente no fue fácil y menos siendo un zombie — Alessia soltó una risa — tuve que mentirle unas cuantas veces pero hacía muchas preguntas, demasiadas, investigo y vio que no era doctor del hospital

— ¿usabas ese disfraz siempre?

— si, pero me extorsiono, ¿se dice así? — ella asintió — le tuve que contar la verdad, no me creyó y pensó que era una especie de ...

— ¿fetiche?

Adam asintió y volvió a hundir su nariz en el cuello de la pelinegra.

— ¿como te creyó?

— no se, después de un tiempo dejo de preguntar y solo buscaba lo que le pedía — explicó — ¿como lo conociste tú?

— era hijo de un amigo de mi papá, cuando era más joven hice una exposición de mis pinturas y él quedó encantado con mis obras ... las cosas comenzaron a surgir de ahí

— ¿te enamoro? — la giro un poco para poder ver su expresión

— si, al principio sentía que era el único podía entender mis horarios, mi forma de ser, a lo que me dedicaba — se encogió de hombros — pero sospeché de algunas cosas y luego me demostró que si era capaz de engañarme

— ¿otras mujeres?

— si, unas doctoras, no solía tener amigos pero antes de mudarnos al barrio salía muchísimo, tuvo como 3 meses en donde llegaba tarde, tenía horarios extraños, era capaz de trabajar 72 horas

— no pienses en eso ya, vamos a hacer lo posible por descubrir que es lo qué pasa y ya no tienes que pensar que Scott es el único que te entiende, yo te entiendo más de lo que imaginas

— lo sé Adam, gracias

Se fundieron en un beso para después escuchar un verso del libro antes elegido por la chica de la voz del vampiro.

Detroit estaba ya en su cabeza, volver a donde Scott estaba y saber que podía encontrarse con él le ponía la piel de gallina, no más que la señora de sus sueños pero no sabía que era peor, quedarse y no encontrar nada o volver y odiar todo de nuevo.

Come with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora