Veiticinco

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Alessia repasaba cada una de esas líneas, líneas que había escrito su madre hace años... dejó el papel en la cama para abrazar sus rodillas y hundir su cara sobre las mismas.

"Mi preciosa bebé...

No te he querido nombrar por miedo a encariñarme más de la cuenta, mis padres estarían vueltos locos si se enteran que es lo que voy a hacer, yo estoy vuelta loca con lo que haré, no sé si tengo las fuerzas para dejarte ahí, sola, esperanzada en que esa familia te acepte, será al azar y solo fijándome en lo que ellos puedan hacer por ti en un futuro.

Te abandone, si y no sabes lo mucho que me arrepentiré el resto de mi vida pero quiero que entiendas que era lo mejor, tú tenías que ser alguien libre, alguien a quien no rechazaran por ser distinta a los demás, espero que seas igual a tu padre y la vida te regale paz y tranquilidad.

Nunca dudes de que te ame, te amo y te seguiré amando porque llevarte en mi vientre esos 9 meses fueron los que me dieron la fuerza para seguir adelante, no imaginaba que una bolita tan pequeña como tú me fuera a ablandar tanto.

Disfruta tu vida, disfruta cada instante y espero que encuentres la felicidad en lo que sea que hagas y con quien sea que compartas tu vida, hazlo como yo no pude hacerlo.

Te ama, mamá."

Escucho que la puerta de la habitación se abría y una mano fría la abrazaba por los hombros.

— ¿todo bien? — susurró Adam — ¿leíste la carta?

— si, varias veces — dijo aún contra sus muslos — me dejó para que yo hiciera mi vida ... pero después me trajo hasta ella para ¿despedirse?

— Alessia... ella no tenía idea de que esto podía pasar, quizás se imagino en otro escenario completamente distinto, en uno donde tú y ella estuvieran juntas por fin

— si tanto quería verme me hubiera intentado contactar antes ¿no crees? — se giró para verlo — no sé qué pensar de todo esto en serio... quiero entenderlo pero no puedo, mi cerebro está apagado y solo quiero regresar el tiempo y dejar todo como estaba — noto la expresión de Adam — lo nuestro no, no se, si era tan poderosa necesitaba más que solo aparecer en mis sueños ... ¿tú entiendes algo?

— amor, necesitas descansar

Alessia abrió los ojos después de escuchar la palabra "amor" proveniente de los labios del pelinegro.

— estás desvariando un poco, quizás si duermes y dejas que tu cuerpo descanse terminarás por entender todo — continuo — está amaneciendo y llevas horas despierta, más de las que deberías

— gracias y discúlpame por lo de hace un rato, nunca supe cómo actuar ante esas situaciones

— ya, tranquila

Se deslizo por la cama, abrió los brazos para que ella pudiera entrar en ellos, la apretujó contra su pecho, su piel no era la que más irradiaba calor pero tampoco le molestaba sentir esa especie de frío extraño que él producía, Alessia enterró su cara entre su hombro y la cabeza del pelinegro.

Durmió como un bebé a pesar de todo lo que vivió en unas cuantas horas, se sentía en paz, la había conocido, charlaron un par de veces, supo la verdad completa y no a medias, ahora todo estaba claro y no tenía dudas que su madre había sido una gran mujer, aunque no se iba a mentir, quería soñarla una última vez para despedirse de ella, abrazarla aunque sea en sueños y saldar esa deuda pendiente.

Cuando despertó Adam ya no estaba a su lado, se colocó una bata, el frío se estaba apoderando de Polonia, salió y encontró al vampiro leyendo uno de sus tan preciados libros.

— pensé que dormirías hasta más tarde — le dijo sin ni siquiera mirarla

— ¿tienes ojos en la espalda? — cuestionó ella dirigiéndose a la cocina — porque definitivamente  quiero aprender a hacer eso

— no es tan fácil como crees — le dedico un intento de sonrisa — no se bien cómo explicarlo

— ¿crees que yo pueda hacer otras cosas? — dejó el cuchillo de mantequilla en la mesa de madera — me refiero a ¿crees que pueda hacer algo más que leer las mentes? O tener esquizofrenia y pensar que es un poder

— podríamos intentarlo — se incorporó y fue hasta ella — ¿sabes que podía hacer ella? ¿Te dijo algo en la carta?

— no, sólo hablaba de que quería que yo tuviera una vida "normal" con gente "normal"

— Kaspar deje de saber más al respecto y dijo que lo que quisieras podrías ir con él así que ... habrá que investigar si es verdad que puede ayudarte en todo — se encogió de un hombro

— si te soy honesta tengo la idea de ser una especie de Matilda — se enrojeció

— ¿Matilda?

— oh vamos no me digas que tampoco has visto esa película, es un clásico — el negó — tengo que enseñarte muchas cosas, muchas películas y a jugar en parques para niños aunque tengas 500 años, no voy a dejar que mi novio no entienda mis referencias

— bueno, ¿que hacía esa tal Matilda? — se inclinó sobre la mesa — cuéntame así yo entiendo

— movía cosas con la mente, tenía como poderes adquiridos o algo así — explicó Alessia — pero ella no podía escuchar la mente de los demás

— ¿lo intentamos? — sugirió Adam con una sonrisa un tanto extraña — tú sabes que yo soy rápido

— y si ...

— sabes a lo que me refiero — rodó los ojos

— tienes buenos reflejos, eres muy hábil — guiño — prometes que si lo intento no vas a verme como una loca

— jamás te vería como una loca — se acercó a ella y la pegó a su cuerpo — ¿quieres hacerlo? Vamos a hacerlo

— vale, intérnenos solo un par de veces no quiero estar esforzando a mi mente

Adam la beso, se alejó de ella, busco una lata de alguna cosa ya caducada y un vaso, los coloco en la encimera e hizo un gesto como diciéndole "adelante".

Alessia tomó aire, se posicionó delante de ambos objetos, realmente no se acordaba tanto de la película y si ella hacía una especie de maniobra con la mano o si solo se le quedaba viendo directamente, así que intentaría con ambos.

— cariño, tú puedes — pasó su largo brazo por sus hombros — tomate tu tiempo

— si, solo intento recordar cómo se hacía

Levantó su mano hasta la altura de la encimera, dejó la mirada clavada en el vaso, que era lo que no contenía nada, pensó, pensó en moverlo, su único pensamiento era mover el vaso, nada... quito la mano y volvió a intentarlo sin ese apoyo, nada.

— siento que solo es una tontería — bufo — seguro que escucho voces por la esquizofrenia

— Alessia, ya te hicieron estudios, no tienes nada, inténtalo con la lata

Realizó los mismos intentos con la lata, nada pasaba, ni un milímetro, solo estaba siendo ridícula frente a su novio.

"Si mamá me viera, estaría muy decepcionada de mi." Pensó y un dolor grande se apoderó de su cuerpo, ella ya no volvería a ver a su mamá, a ninguna de las dos, apretó fuerte los puños, intentando contener todo el dolor y la impotencia.

Entonces la lata comenzó a moverse, no de lado, no hacia arriba o hacia abajo sino de forma extraña, el vaso comenzó a hacer un ruido extraño y de repente ambos explotaron, la lata llenó el lugar de pequeños tomates.

— Alessia — Adam la veía perplejo

— yo... ¿yo hice eso? — dejó caer la quijada — ¡yo hice eso!

Come with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora