Capítulo XXI

9.9K 1K 1.4K
                                    

Ahora cada vez que veía a Rengoku sensei no podía ocultar su molestia. No sabía qué hacer, pensó que si quizás idearan más planes concretos para que se enamore de Tanjirou podría ser que funcione y se olvide de aquel chico. Por cierto, Uzui es un chismoso... Pero lo estaba ayudando, ¿no? No quiso decirle quién es el otro profesor que estaba detrás de su amigo, ahora se mareaba y se divertía en ese juego. ¿Podría ser Sanemi sensei? Ese pensamiento le causó gracia. O ¿Iguro sensei? No tenía pinta, además estaba de novio con Mitsuri sensei. ¿Podría ser Muzan? Eso lo hizo reír hasta agonizar. Imposible, no dejaría que ese tipo se acerque a su amigo. ¿Tomioka sensei? Huh, sería genial. La institución estaba atestada de profesores muy atractivos. Era el sueño de todo adolescente. Lo más probable era que todos los estudiantes sí o sí tengan como crush a alguno de los senseis.

Por cierto, olvidó algo. ¿Podría ser que Uzui fuera quien estaba detrás de su amigo? No podría ser, ¿o sí? Hizo una mueca y quedó boquiabierto con las teorías que armaba en su mente. Frunció el ceño, tal vez estaba siendo muy paranoico, ¿o acaso el sensei solo se acercaba a él para cazar lentamente a Tanjirou? Imposible, eran puras teorías sin fundamentos.

¿Debería preguntarle al profesor? No tenía ningún problema para preguntárselo directamente, pero..., ¿y si le dijera que sí? Bueno, al menos podría buscar nuevos intereses... aunque solo lo quería a él. Sacudió la cabeza y decidió bajar a comer antes de que el abuelo subiera a forzarlo.

Durante la cena hubo demasiado silencio, no le molestaba en absoluto, el problema era que Kaigaku no dejaba de mirarlo. Eso sí era incómodo ¿quería decirle algo? Cuando terminaron de comer, se levantó para llevar y lavar los platos sucios, siendo seguido por su hermanastro. Ahora sí que empezaba a desconfiar. ¿Le había pasado algo?

—  ¿Sucede algo, Kaigaku? — preguntó con interés al ver cómo su hermano se recargaba por la pared para mirarlo.

—  Sabes, me estaba preguntando...¿tienes algo con el profesor Uzui? — fue más directo de lo que esperaba. Zenitsu dio un respingo y se quedó congelado. ¿A qué venía eso ahora?

—  ¿Por qué lo dices? — trató de actuar normal a pesar de que su mente estaba en crisis. Sus manos temblaban y su voz no quería salir. — N-no sé a qué viene tu pregunta. — carraspeó. No tenía nada que ocultar, no tenía nada con el profesor, solo un crush, pero no eran nada.

—  Lo dibujaste —  declaró cruzados de brazos y levantando el mentón. Vio cómo el rubio se giró para mirarlo con los ojos entrecerrados.

—  ¿Husmeaste en mis cosas? — se sentía indignado, pero más que nada, avergonzado. Debió haberlo guardado en un lugar mejor. —  ¿Dónde está? — preguntó refiriéndose al dibujo.

—  Se lo di al dueño — confesó mirándose las uñas. — ¿Pero te gusta, no es así? — dijo volviendo a mirarlo con más intensidad. Ante el silencio del rubio, decidió continuar. — Puedo ayudarte. — sugirió.

Zenitsu estaba boquiabierto, ¿es en serio? ¿Su hermanastro, el odioso, le estaba ofreciendo su ayuda? El rubio lo miraba con tanto recelo, haciendo que Kaigaku entornara los ojos. — ¿Por qué me miras así? ¿Qué no puedo ayudarte? — preguntó con fastidio.

—  ¿Por qué quieres ayudarme? ¿a cambio de qué? — seguía con los ojos entrecerrados y esperando escuchar cualquier burla de su hermanastro.

—  Lo hago porque... ¿quiero ser un buen hermano? — dijo algo confundido. — En fin, ¿qué planes tienes para conquistar a tu profesor? — preguntó reincorporándose, con las manos en los bolsillos.

—  No hay planes, solo déjalo, supongo que es momentáneo — mintió. Le quiso restar importancia, pero se sonrojó al recordar a su profesor. Le gustaba tanto.

ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora