— ¿Ideas para enamorar a Rengoku sensei? Se aceptan sugerencias. — Zenitsu se había colocado frente al pizarrón luego de que todos hayan salido al receso. Con una tiza en manos, escribió el nombre de Rengoku sensei y de su amigo en la pizarra.
Inosuke levantó el brazo y el rubio le cedió la palabra. — ¿Y en dónde dejamos a Tomioka sensei? — desde aquel evento vergonzoso no dejaba de pensar en que tal vez al profesor de educación física le guste Tanjirou. Su amigo entornó los ojos y el rubio le lanzó una tiza.
— ¡No estamos hablando de él! Maldición, Inosuke. ¿Alguna otra sugerencia que no implique a Tomioka sensei? — preguntó. Solamente estaban los tres, pero actuaba como si fueran un club. — Ya que nadie responde, yo presento mis ideas. — carraspeó y empezó a escribir sobre la pizarra.
— Supongo que primero tenemos que saber qué cosas le gustan a Rengoku sensei — opinó el de hebras azuladas a la vez que comía su cereal. Zenitsu le dio la razón por primera vez en la vida e Inosuke se infló de orgullo.
— Tienes razón. — dijo señalando a su amigo. — Ahora, ¿qué le gusta a Rengoku sensei? Yo creo que el café — se respondió a sí mismo a la vez que escribía en la pizarra. Asintió con la cabeza y continuó — Deberás prepararle café — se dirigió a Tanjirou que se encontraba en silencio, recargado sobre su escritorio.
— No creo que sea buena idea... — habló desanimado. Desde que conoció a Akaza, empezó a verlo más tiempo con Rengoku sensei.
— ¡Patrañas! — exclamó el rubio. — Otra cosa, se me ocurrió una idea. — habló con inspiración. — Ya que tu familia trabaja en una panadería, ¿por qué no le traes panecillos todos los días? Tal vez se sienta halagado y te corresponda. — sugirió con estrellitas en los ojos.
— Cierto, estomago lleno, corazón contento — Inosuke usó su lógica. — O tal vez podría robarle un beso. Al menos podrás probar sus labios si es que luego te rechaza. — comentó haciendo movimientos con las manos.
— ¡Hey! No hablemos del rechazo. — Zenitsu se negó a esa idea.
Tanjirou se había sonrojado de sobremanera. ¡Claro que quería besar a su sensei! Pero no quería asustarlo. — ¡Eso es demasiado! — respondió con prisa. — aunque quisiera prob... ¡Lo de los pastelillos es buena idea, supongo — respondió con inseguridad.
— ¡Hecho! Ese será el primer paso. — Zenitsu se apresuró en cerrar con las propuestas del día, ya que los alumnos iban volviendo del receso. — ¡Traerás panecillos! ¡A partir de mañana empieza nuestra misión 'conquistar al profesor'! — exclamó con emoción, siendo escuchado por sus compañeros que iban llegando. Tanjirou se levantó y con una asombrosa velocidad, empezó a borrar el pizarrón, llevándose a Zenitsu devuelta a su asiento.
Ya había pasado una semana desde que Zenitsu empezó a evitar a Uzui sensei, mandando a sus amigos para que estos se encargaran de entregar las carpetas a su sección. Había confesado a sus amigos el porqué actuaba de esa forma, y le comentó detalladamente la situación en la que lo había encontrado. Inosuke se había molestado porque dijo que confiaba en el profesor, y se comprometió a golpearlo la próxima vez que lo viera. Tanjirou se sintió mal por su amigo, se veía muy ilusionado al principio, él también pasaba por lo mismo. Había hecho prometer a Inosuke de que no atentara nada contra el profesor, este aceptó pero declaró que si perdía el control, no sería su culpa.
Se quedaron en silencio cuando el profesor ingresó al aula, Tanjirou tenía una sonrisa nerviosa y Zenitsu estaba muy animado. Inosuke estaba tranquilo en su asiento y con una media sonrisa en el rostro, le causaba gracia que su amigo estuviese flechado por el sensei.
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Profesor
Romance¿Qué manía había en todos para enamorarse de sus profesores? No podía creer que hasta su propio amigo caía ante el encanto de uno de ellos. La curiosidad lo llevó muy lejos, hasta que se encontró al final del camino con los sentimientos a brotes por...