Partieron rumbo al parque de diversiones, irían a uno que quedaba a unos cuarenta minutos de allí, así que sería un viaje largo. Zenitsu pensaba en cómo iría Inosuke, ¿con Sanemi? ¿Manejando solo? No habían hablado de eso y su amigo no quería explicar nada por mensaje. Le molestaba en cierto modo, ¿por qué ocultaba tantas cosas? Él les había dado a sus amigos hasta el mínimo detalle de su relación con Uzui. Chasqueó la lengua y guardó su celular.
— ¿Por qué no pones algo de música? ¿A dónde vamos? ¿Disneyland? — el albino rompió el silencio. Zenitsu resopló, llamando la atención de Uzui.
— ¿Por qué queda tan lejos? — infló las mejillas y se acomodó para poner las canciones. El albino asintió dándole la razón. — Disneyland es más costoso... creo que solo es en uno normal, sin ratones, castillos y esas cosas — comentó empezando a buscar alguna música en el reproductor.
— Necesito la dirección, no puedo adivinar — respondió volviendo su vista al frente. Zenitsu lo miró levantando una ceja.
— También estoy esperando la dirección. ¡No me culpes a mí! — señaló frunciendo el ceño. Su celular sonó y lo revisó. Genya había averiguado por él a dónde iría su hermano mayor. Era un buen chico — Ahí está tu estúpida dirección — se había enrabietado sí. Uzui soltó un suspiro sonoro y se giró a verlo cuando el semáforo dio en rojo.
— ¿Por qué no duermes un poco? — sugirió mientras agarraba el celular de su chico para ver dónde quedaba. Zenitsu se molestó más y decidió darle la espalda para recostarse por la ventana. Uzui negó con la cabeza y acercó su mano para acariciar los cabellos dorados. — No seas tan enojón, ya verás que valdrá la pena — dijo para volver a conducir.
— I really want to see you, I really want to be with, but it takes so long my lord. My sweet lord, oh my lord — la canción al menos lograba calmar al rubio. Ni él sabía por qué estaba molesto, volvió a inflar las mejillas y a concentrarse en el paisaje. Tengen estaba manejando en silencio, disfrutando del momento.
— ¿Música cristiana? Como que George Harrison exponía sus deseos de ir a conocer a nuestro señor Jesucristo. — comentó el rubio, interesando a Uzui.
— Al parecer tenía ganas de 'trascender', supongo. Ahora que lo dices, tienes razón — respondió escuchando atentamente la canción.
— Sabes, me preocupa que Inosuke vuelva a manejar. Una vez casi chocamos y salimos de la ciudad sin querer... — habló girando para mirar al frente. Uzui frunció el ceño.
— Hey, eso es ilegal. — comentó negando con la cabeza. — ¿O sea que estuvieron a punto de morir? Zenitsu, debiste haberme llamado — respondió desaprobando.
— En ese tiempo aún estaba molesto contigo — señaló ladeando la cabeza y levantando las cejas.
— ¿Cuándo no estás molesto conmigo? — murmuró llamando la atención del rubio, quien lo miró indignado. Uzui se encogió en su asiento. — Lo escuchó... — se dijo a sí mismo.
— Claro que lo escuché. ¡Te recuerdo que tengo audición mejorada! Puedo escuchar hasta el mínimo ruido. — respondió cruzándose de brazos. — No siempre estoy enojado contigo. —
— Ahora lo estás — Uzui ladeó la cabeza. Zenitsu frunció el ceño.
— Porque hay motivos para estarlo — objetó entornando los ojos.
— ¿Me puedes decir por qué estás molesto conmigo ahora? — preguntó con cuidado, aún concentrado en su camino. El rubio bufó y volvió a mirar hacia la ventana. Uzui esperó paciente hasta que pasaron unos cuantos minutos. Sonrió de lado y negó con la cabeza. — ¿No sabes por qué estás enojado conmigo? —
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Profesor
Romance¿Qué manía había en todos para enamorarse de sus profesores? No podía creer que hasta su propio amigo caía ante el encanto de uno de ellos. La curiosidad lo llevó muy lejos, hasta que se encontró al final del camino con los sentimientos a brotes por...