Zenitsu se había preocupado por su aspecto físico, por lo que decidió volver a iniciar con sus tratamientos de belleza. Se había puesto un poco de rubor para no estar tan pálido, se sujetó parte de su flequillo a un costado colocándole unas pincitas. Su relamió el labio luego de pasarse brillo para resaltar más y solo llevó su camisa con corbata. Decidió dejar de usar su sueter amarillo por un tiempo para cambiar un poco más.
Una vez que llegó a la academia, se dispuso a cumplir con sus responsabilidades. Cuando llegó junto a la secretaria Tamayo, esta le explicó que pronto tendrían un festival para celebrar el aniversario de la academia, por lo que debería empezar a organizar algunas cosas que dejaría a su cargo, Zenitsu solo aceptó. Era su deber.
Ahora se encontraba recorriendo los pasillos aún un poco vacíos para ir entregando las carpetas a los profesores, llegando así hasta el aula donde se encontraba Uzui sensei, quien se encontraba desayunado en su escritorio. Zenitsu sonrió de lado y se mordió el labio inferior. Su sensei era muy adorable.
— ¡Hey! — saludó el albino al percatarse de la presencia de su chico, lo invitó a sentarse y a que lo acompañara a desayunar. — Mira, son pancakes — dijo acercando un pedazo a la boca del rubio, quien aceptó con gusto.
— Al parecer no te dio tiempo de desayunar en casa, ¿por qué? — preguntó Zenitsu a la vez que terminaba de probar ese bocado. Uzui hizo una mueca y se relajó en su asiento sorbiendo un poco de su café.
— Tenía ansiedad así que me pareció buena idea desayunar aquí y esperar a verte. — respondió con una sonrisa divertida, sonrojando al rubio. — Por cierto, estás más cambiado... ¿te teñiste el pelo? — preguntó en broma. Rió al ver las expresiones de su chico.
— ¡Hey! — se quejó riendo con él. — Idiota. Solo decidí venir diferente hoy. — respondió acomodando su corbata.
— Sí, gracias a Dios que es viernes - respondió entretenido. — Te ves muy bien, mi amor — halagó a la vez lo tomaba de la mano. — Eres hermoso — demasiados halagos asustaban al chico, haciendo reír al albino. — Ven a darme un beso — pidió.
Zenitsu hizo una mueca y se levantó para acercarse a él, sintió las manos de su profesor sobre su cintura y ladeó el rostro para darle un corto beso. Uzui se quejó al verlo separse nuevamente de él. — Eso no fue un beso — infló las mejillas. Estiró el brazo de su chico y lo acercó otra vez para unir sus labios, esta vez en un beso más prolongado.
— Dime..., ¿cómo es eso que tienes ansiedad? — preguntó entre sus labios. Uzui se separó de él con una sonrisa a la vez que acariciaba la cintura de su chico.
— Bueno, la vida de un adulto no es tan fácil como aparenta — respondió mirándolo fijamente. — Tienes que disfrutar tu juventud — dijo tomándole de la mano para besar el torso de esta, sonrojando aún más al rubio.
— Hablas como si fueras un anciano — comentó provocando que el albino vuelva a reír. — Aún eres joven, pero supongo que es estresante trabajar, ¿no? — Uzui ladeó la cabeza y asintió.
— Ahora no me cuesta mucho. Trabajo en algo que me gusta, además de poder verte casi todos los días... — respondió.
— ¿Entonces qué es lo que te provoca ansiedad? — preguntó inflando las mejillas. Uzui volvió a darle un corto beso para luego besar su mejilla.
— A veces uno piensa mucho, en las cosas que fueron y las que van a ser... — respondió dejando cortos besos en el rostro de su chico. — Supongo que la ansiedad es un requisito para ser adulto. —
— Vaya, ser adulto es aburrido... — murmuró el rubio. — B-bueno, si tienes algún problema sabes que puedes contar conmigo... — musitó con la mirada baja. — Puedes llamarme o escribirme si no puedes dormir. Yo te haré compañía. — animó al albino, quien se detuvo a mirarlo fijamente.
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Profesor
Romance¿Qué manía había en todos para enamorarse de sus profesores? No podía creer que hasta su propio amigo caía ante el encanto de uno de ellos. La curiosidad lo llevó muy lejos, hasta que se encontró al final del camino con los sentimientos a brotes por...