Capítulo XIX

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Cuando llegaron a la institución se despidieron del profesor de artes, agradeciéndole por la agradable salida. Él se despidió con una mano y guiñó un ojo a su alumno favorito en forma, dejando al rubio con un evidente sonrojo. Llegaron justo a tiempo para la hora del receso, por lo que aprovecharían para comenzar a ejecutar el plan 'conquistar al profesor'.

Cerdo afeminado a cambiado el nombre del grupo a 'conquistar al profesor'

— ¡Imagínate si mamá se encuentra con esto en mi celular! — se quejó Tanjirou mirando su celular.

— ¿Era necesario hacerlo ahora? — preguntó el rubio mientras comía un panecillo que Tanjirou le invitó.

— ¡Pues sí! ¡Maldita sea! ¡Es nuestra misión! — manifestó comiendo varios panecillos del recipiente de su amigo.

— ¡Hey! No te comas todo que no son para ti. — reprochó el rubio apartando aquel recipiente de las manos de Inosuke. — Bien, ¿no trajiste algún papel o bolsita decorativa para envolverlos? — preguntó. Ante la negativa de Tanjirou rodó los ojos. Deberían improvisar ahora mismo, que ya se estaba acabando la hora del receso.

Se dispusieron a buscar su objetivo, arrastrando a un Tanjirou no tan animado con su recipiente panecillos. Buscaron en la cafetería, pero no lo encontraron, era seguro que estuviera en la sala de profesores. Lastimosamente, con otros profesores. — ¡Ya no hay ni privacidad! — exclamó Zenitsu indignado. Golpearon la puerta, esperando verlo allí, o sino los panecillos perderían el encanto.

— ¿Qué demonios quieren? — para su mala suerte, era Sanemi sensei quien les había recibido. El profesor entornó los ojos, sabía que se trataba de los chicos de sus amigos. Se giró dentro del salón para buscar al posible solicitado, llamándolo. — ¡Hey! Idiota, tu alumno — dijo rechinando los dientes, se alejó de la puerta para dar paso a su compañero. Grande fue la sorpresa de encontrar a Tomioka sensei frente a ellos. ¡No era a él quién buscaban!

— ¿Hm? — preguntó con su típica expresión, esperando a que sus alumnos hablen. Se cruzó de brazos y se recargó por el borde de la puerta.

— Ehh..., ¿hola? — el rubio estaba desconcertado. ¿Por qué llamó al profesor Tomioka? Quiso hablar nuevamente pero fue interrumpido por su amigo.

— ¡¿Qué tal, Tomioka sensei?! Y-yo sólo venía para ofrecerle... invitarle... ¿invitarle? Sí, unos panecillos — Tanjirou se había puesto nervioso, no quería tampoco hacer quedar mal a su sensei. Obviamente no era a él a quien buscaba, pero no quería ser muy indiscreto. — Si es que usted quiere, claro. —

— A ver — Giyuu se apartó de la puerta y fijó su vista en aquel recipiente que tenía su alumno en manos, agarró unos cuantos panecillos y se los llevó a la boca. — Gracias, supongo — agradeció un poco confundido.

— Sí... — el de cabellos burdeos no sabía qué más decir, estaba algo decepcionado.

— ¿Rengoku sensei? — Inosuke había perdido la paciencia, ¡no era él el objetivo principal! — ¿Está él? — Tomioka se giró para buscar a su compañero, sabía que venían a buscarlo a él, pero...

— Kyojuro, te llaman — dijo mientras se alejaba de la puerta, adentrándose nuevamente a la sala. Tanjirou se alarmó, reprendió a su amigo por su poco tacto. No quería ser descortés con Tomioka sensei.

— ¿Hm? ¡Hey! — exclamó Rengoku apareciendo bajo la puerta.
– ¿Necesitan algo? — preguntó como si no hubiera escuchado la charla anterior de su compañero.

Tanjirou hizo una mueca, no sabía si volver a repetir lo que le había dicho a Tomioka sensei o que... — ¡Tanjirou hizo panecillos para usted! — Se exaltó al ser descubierto de se forma. Observó la expresión asombrada del profesor de historia y no hizo más extender el recipiente, ofreciéndole los panecillos.

ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora