Capítulo XXIX

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Se había sorprendido de ver a Kaigaku allí, ¿acaso estaba esperándolo? Lo examinó con la mirada y esperó a que dijera algo. — ¿Estuviste con Uzui sensei? — preguntó directamente, alarmando al rubio. 

— Lo encontré en el cine... Fue casualidad. — respondió mirando a su cocodrilo. Al menos ya se le había bajado el calor a causa del susto.

— Ajá. Saliste con tu amigo de aretes según el abuelo — miró con recelo a su hermanastro. Había visto que llegó en un auto y que había tardado en bajar, también pudo reconocer al profesor cuando este bajó la ventana para despedirse del rubio. Zenitsu asintió, no tenía ganas de explicar nada, solo quería subir a su habitación.

— Sí, fuimos a ver una película — respondió dando un bostezo. — Me alegra verte, Kaigaku, pero tengo mucho sueño... — confesó mientras se dirigía a las escaleras, despidiéndose de su hermanastro. — Hablamos mañana... —

Kaigaku chasqueó la lengua, al parecer su hermanastro se había adelantado y ya había conseguido salir con el profesor de artes. Le daba un dolor de cabeza pensar en aquella propuesta de Gyu, más que una propuesta parecía una amenaza. Tenía que cumplir su parte. 

 Una vez que Zenitsu ingresó a su habitación se tumbó directamente a su cama. Se sentía tan exhausto, su día fue tan intenso sumando los besos que se dio con Uzui. Eso le hizo sonreír como idiota, se acostó boca arriba y extendió su cocodrilo para mirarlo y abrazarlo con fuerza. Se mordió el labio inferior y empezó a revisar su celular, encontrándose con mensajes de Tanjirou, Inosuke y su profesor. Decidió leer primero a Inosuke, ¿qué tendría que decir después de todo? Le había enviado solo un link, supuso que podría ser la canción que le dijo que escuchara. ¿Por qué? Se preguntó. Hoy estaba muy generoso. Reprodujo la canción a la par que empezaba a revisar los otros mensajes. 

— Yo quiero ser tu profe mejor dicho profesor, el que te enseñe el amor... — ¿Qué demonios era esa canción? Se sonrojó y se escandalizó al seguir escuchando la letra con más detenimiento. —  Quisiera que me mientas cuando pregunte tu edad... — ¡NO! Se puso los auriculares para que su abuelo o Kaigaku no escuchara esa canción tan vulgar. Dios, se había calentado de nuevo... todo por culpa de una canción. Empezó a revisar el chat con Uzui, encontrándose con las fotos que se tomaron hoy. Su profesor se veía tan hermoso...

— En el papel de ingenua tu te luces de verdad y yo comienzo a sospechar que eres mi alumna preferida que caíste en mi trampa... — Zenitsu empezaba a tararear la canción mientras veía las fotos con Uzui. Se sentía sofocado, la canción no ayudaba mucho, ver las fotos tampoco y recordar su último beso en el auto mucho menos. Dejó su celular a un lado y cerró los ojos con fuerza a la vez que la canción volvía a reproducirse. Se había pegado tanto a su profesor cuando se sentó a horcajadas sobre él, el beso se había vuelto húmedo y Uzui tenía la intención de tocarlo directamente... ~ Haah ~ soltó un sonido involuntario cuando se tocó a sí mismo. — Mi profesor... — no debería pensar de ese modo con su sensei, pero era imposible. Tengen era muy atractivo, ¿pensará del mismo modo con él? 

Sus mejillas estaban sonrosadas y su boca más húmeda de lo habitual, su respiración estaba agitada y arqueaba la espalda con cada vaivén de su mano, si el profesor supiera, si Tengen supiera... Oh, se acordó que seguía teniendo el sueter de Uzui. Curiosamente, lo tenía en su cama. Lo había puesto allí para ponerlo encima de su almohada y así aspirar ese aroma mientras duerme. Eso lo excitó aún más.

Conquistar al profesor:

Cerdo afeminado:

— ¿Y bien?

— ¿Cogieron?

Tanjirou:

— ¡¿Qué demonios?! 

ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora