El grupo de profesores se encontraba reunido en la sala común para pasar el rato. Trajeron un poco de comida y bebidas para descansar mientras sus alumnos se mantenían concentrados para la semana festiva. Mitsuri había traído unos postres que encantaban a cualquiera y se disponía a consentir con libertad a su pareja, Iguro, que se veía más calmado.
Uzui recordó vagamente los postres que su chico hacía y no pudo evitar sentirse mal otra vez. Toda esa semana tuvo que verlo de lejos, Zenitsu ni siquiera quería mirarlo y lo ignoraba como si no existiera más. No lo culpaba, estaba de acuerdo con que él también haría lo mismo si le rompían las ilusiones.
— ¿Entonces qué harás, Tengen? ¿Ya te olvidaste de tu chico teñido? — preguntó Giyuu al ver al albino ensimismado en sus pensamientos. Tenía una expresión abatida, así que supuso que estaba pensando en cosas irritantes.
— ¿Hm? — Uzui apenas giró su rostro para verlo. Estaba con ambas manos sujetando sus mejillas y recargándose por la mesa. Comía los postres sin ganas. — Es un tema un poco complejo. — respondió, llamando la atención de Kyojuro.
— Creí que ya estabas decidido a solucionarlo — habló con la boca llena. Giyuu solo entrecerró los ojos al escucharlo y Uzui ladeó la cabeza y pestañeó.
— ¿En verdad es más que calentura? — se entrometió Sanemi con una mueca confundida. — No comprendo, Tengen. ¿Aún no hiciste nada con él? — eso descolocó a todos los profesores, quienes lo miraron como si estuviera diciendo algo inconcebible. Sanemi frunció el ceño.
Uzui entornó los ojos y se cruzó de brazos. Kyojuro lo miró y asintió con la cabeza. — Es cierto, Tengen, también me sorprende que aún no hayas hecho nada con él. ¿Por qué? ¿Es más que simple romance? — preguntó con interés.
El albino suspiró y se acomodó al ver que sus amigos estaban rodeándolo expectantes, como si tuviera que dar una noticia insólita. Se mordió el labio y desvió la mirada con un ligero rubor en sus mejillas. Le costaba tanto expresar sus sentimientos a sus amigos. — Me gusta mucho Zenitsu. —
Sus amigos lo miraban impresionados. Kyojuro ya lo sabía, pero igual le seguía impresionando. — ¿Lo amas? — esa pregunta descolocó a Uzui, quien estaba inquietándose. Chasqueó la lengua y asintió inseguro, dándole la razón a su amigo. Nuevamente lo miraban como si estuvieran presenciando algo inaudito.
— Quién lo creería. El más coqueto de la universidad y el rompecorazones. ¿Enamorado? Tenía entendido, Tengen, que tus conquistas no pasaban de una noche. — comentó Sanemi incrédulo, pero con una sonrisa divertida. Uzui resopló.
— ¿Entonces confiesas que lo amas? — Kyojuro y Giyuu estaban sorprendidos. Rengoku sonrió para luego reír libremente. Su amigo enamorado se veía tan admirable. El albino lo miró con molestia.
— ¿Se están burlando de mí? — preguntó rechinando los dientes, alarmando a los profesores. Mitsuri lanzó una risita.
— Tengen, el amor no es una burla. Solo estamos sorprendidos que venga de ti. En fin, ¿y tu chico sabe que lo amas? — preguntó, provocando que su novio frunciera el ceño. Iguro solo los estaba observando en completo silencio, se sentía mimado por su novia hasta hace poco.
— Sí cierto, ¿él lo sabe? — preguntó Kyojuro con interés. Sabía que su amigo aún estaba lidiando con algunos problemas que lastimaban al rubio.
— No habla conmigo, Kyojuro. Me ignora, me evita y ni me mira... — se quejó inflando las mejillas. Cómo le fastidiaba estar pasando por eso. Sus amigos volvieron a rodearle.
— ¡Tienes que hacer algo para reconquistarlo! — exclamó Mitsuri. No podía evitar entrometerse en cuanto a temas de amor se trataban. Le parecía inadmisible que su amigo dejara ir a su amado.
ESTÁS LEYENDO
Profesor
Romance¿Qué manía había en todos para enamorarse de sus profesores? No podía creer que hasta su propio amigo caía ante el encanto de uno de ellos. La curiosidad lo llevó muy lejos, hasta que se encontró al final del camino con los sentimientos a brotes por...