JULIANA
__________________—¿Cree que estamos juntos?— Sam preguntó mientras me llevaba a casa.
—¿Quién?—
Me lanzó una mirada impaciente. Me mordí el labio y miré por la ventana para no contestar. Tal vez si realmente pensara que no sabía de quién estaba hablando, me dejaría en paz. Era muy poco probable, pero una chica podía tener esperanzas. Sam rara vez dejaba las preguntas sin respuesta, y una mirada a mi cara le diría que estaba lleno de eso.
—Mi hermana—, dijo. —Me miró como si quisiera matarme—.
—¿A quién le importa?— Me encogí de hombros.
—Ella es mi hermana.—
—¿No te mira siempre así? Quiero decir, tú mismo dijiste que apenas se han dicho una palabra desde que se fue a la universidad. — Alcé una ceja. No conocía los detalles, pero supuse que se habían desconectado. Una de esas razones absolutamente absurdas que no tenía sentido, pero hacía que la gente perdiera el contacto por completo. Supongo que hubiese podido entender si no fueran el único hermano que el otro tenía.
—He estado tratando de arreglar las cosas entre nosotros. Además, incluso si pudiera evitarla en las reuniones familiares, tendré que aguantarla en Carvajal Fabrics (Telas Carvajal) por el resto de mi vida —.
—No es como si ella fuera la jefa allí—.
—Todavía.—
Todavía. La palabra bruscamente se abrió paso por mis entrañas y se enconó. Valentina encajaría en los zapatos de su padre una vez que se hiciera cargo de Carvajal para siempre. También odiaría si supiera que la estaba comparando con su padre, no es que fuera una comparación extravagante cuando consideraba la forma en que lo había hecho. Volví mi atención a Sam.
—Nunca se sabe, puede que tu termines siendo el jefe—.
—No quiero ser el jefe—, dijo. —Estoy perfectamente contento con que mi hermana tenga ese papel. Ella es experta en negocios, yo no. Ella tiene el mismo impulso que tiene papá, yo no. Me gusta el trabajo creativo, no el trabajo de números. Odio tratar con personas, a ella le encanta —.
—Me gusta eso de ti.—
—Lo sé.— Él sonrió. —¿Entonces? ¿Cree que estamos juntos?
—Puede que le haya dejado creer que podríamos estar juntos—. Cerré los ojos y me encogí al decir las palabras. Sam se rio entre dientes.
—¿Por qué? ¿Querías subir la apuesta en nuestra rivalidad entre hermanos?
—Simplemente no me gustó la forma en que me preguntó si estábamos juntos, como si mereciera estar al tanto de esa información, así que le dejé creer que lo estábamos—.
Permaneció en silencio por un largo momento antes de hablar. —Sabes, siempre pensé que los juegos mentales eran tontos. Especialmente entre dos personas que claramente se anhelan la una a la otra —.
—No la anhelo—. Me burlé. —Ella siguió adelante. He seguido adelante. Fin de la historia.—
Se burló de nuevo. —¿Seguiste adelante? ¿Con quien? ¿Conmigo? ¿Bajo falsas pretensiones?
—Salí con chicos en la universidad—, dije. —Además, no necesito de alguien para decir que he seguido adelante. He seguido con mi vida, punto —.
—Sin embargo, me involucras en todo esto porque sabes que ella tendría un problema con eso. Sabías que estaba celosa de nuestra amistad incluso cuando tú y ella estaban juntas.
Puse los ojos en blanco. —Bueno, eso es una mierda porque solo somos amigas. Además, ella tiene novia. No sé por qué le importa con quién estoy.
—Sabes muy bien que Catalina no es su novia.
—Sin embargo, parece que no podemos ubicarla en una categoría alternativa.
—Esto no es un juego de poner categorías, Juls—, dijo con una exhalación. —Quizás sea la fuerza de la costumbre. O tal vez ella no te haya superado.
—Usemos de excusa eso o incluso como dices "la fuerza del hábito". Ella y yo ni siquiera estábamos juntas. No en forma seria de todos modos.
—Sin embargo, fueron amigas durante mucho tiempo—, dijo.
—Sí, y nos hubiéramos quedado como amigas.
—Probablemente. Aún así, me resulta difícil creer que dos personas tan cercanas como ustedes dos no puedan salvar al menos la amistad que tenían. Es triste, ¿no te parece?
—Lo es—, admití.
Fue la razón por la que me arrepentí de haber llevado mi relación con Valentina al siguiente nivel. Incluso después de que rompimos, no la odiaba. La amaba demasiado para eso. No fue hasta que sucedió la adquisición de Carvajal que comencé a odiarla. Sabía que iba a suceder y no pensó en decirme. Su padre consulta todo con ella. Todo. Así que no había posibilidad de que ella no lo supiera y simplemente no me dijo nada. No es que mis padres me hayan dicho una palabra al respecto hasta que se hizo, pero eso fue diferente. A sus ojos, siempre sería la bebé de la familia. No necesitaban mi aprobación para vender la empresa. Valentina solía llamarme por cosas sin sentido, pero cuando sucedió algo tan importante, que cambió la vida, no recibí ni un mensaje. Lo peor, fue cuando le envié uno, lo dejo sin leer y nunca respondió.
Lo sorprendente fue que la compañía de telas de mi familia no fue la única que compraron sus padres. Había cuatro en un radio de cien millas. Seguramente, no necesitaban una más. No necesitaban la nuestra. Si Valentina me lo hubiera dicho, habría vuelto a casa y habría evitado que sucediera. Podría haber convencido a mi papá para que no vendiera. Hubiera hecho cualquier cosa para mantener a Valdés Industries fuera de esto, incluso abandonar la elegante universidad Ivy League en la que estaba y optar por una universidad más pequeña. No es que Valdés Industries fuera tan grande como Carvajal Industries, pero las tapicerías que hacíamos eran hermosas y buscadas por todas las compañías de muebles locales. Cuando era pequeña, iba a trabajar con mis padres y me maravillaba de que todas esas personas trabajaran para nosotros, haciendo cosas que mi padre había diseñado. Ahora, todos trabajaban para los Carvajal.
—No se le puede culpar por algo en lo que no tenía voz—, dijo Sam. —Confía en mí, ni siquiera lo sabía.
—Puedo asegurarte de que lo hizo, y solo la culpo por no confiar en mí. Esa venta arruinó a mi familia .
Me lanzó una mirada comprensiva. —Lo siento.
—No es tu culpa.
—Si no me culpas, tampoco deberías culparla a ella.
—¿Por qué estás tan empeñado en defenderla hoy?—
Se detuvo en la entrada a mi casa y luego se volvió para mirarme. —Mira, tengo muchos problemas con mi hermana, pero no puedo culparla por lo que le pasó a tu familia. Y tú tampoco deberías. Tal vez si intentas ser amiga de ella otra vez, podrías ver eso.
Sacudí mi cabeza. —Es mejor dejar algunas cosas en paz—.
—Y vale la pena perseguir algunas cosas. La amistad es una de ellas .
—No con las personas con las que sientes algo tan fuerte.
Me miró por un momento, parecía que quería decir algo más, pero solo sacudió la cabeza y miró por el parabrisas.
Suspiré y alcancé la manija de mi puerta. —Gracias por el aventón.
—Conduciré por el área donde dijiste que el se quedó el camión y llamaré a una grúa para que lo llegué a recoger.—
—Yo puedo hacer eso.
—Hoy fue el último día que llevaste las telas para que cargara. Considéralo un regalo de despedida.
Sonreí. —Gracias Sam. Realmente eres el mejor de los Carvajal.
—Siéntete libre de imprimir eso en el periódico—. Él guiñó un ojo mientras se alejaba, y me reí mientras me dirigía hacia adentro.
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Entonces Estabas Tú - Juliantina - GIP
Roman d'amourEl amor y el perfect timing eran dos cosas en las que no creía. El amor consiste en caminar hasta el borde del acantilado y dar el salto juntas. El tiempo nunca estuvo de nuestro lado. Mi primer error fue besarme con mi mejor amiga. El segundo llegó...