Demasiada gente a mi alrededor, y no reconozco a nadie. Ni una sola persona.
Camino sin rumbo por los caminos fríos e inanimados, con más miedo que incertidumbre. A pesar de no saber qué me va a pasar, a pesar de no saber quiénes me rodean, a pesar de no saber dónde estoy. A pesar de no saber quién soy.
Hace frío entre estas cuatro paredes blancas, entre las cuales hay mucha gente pero yo no estoy.
Mi alma vacía sigue vagando, pero sigo sin recordar. ¿Dónde estarán mis padres?
Me miro en un espejo sucio, en el cual se reflejan extranjeros de infinidad de partes, con sus historias, sus familias, sus maletas y sus yoes. ¿Dónde estará el mío?
Veo reflejado un niño relativamente bajo, con el pelo desaliñado y muy sucio. Me lo intento arreglar en vano. La camiseta sucia de haber dormido en el suelo por varios días, unas ojeras profundas que decoran mis ojos y la poca limpieza no ayudan a ver mi rostro bonito. Lo escondo entre mis manos, harto de verle en cada reflejo de cada aparador de cada pasillo de aquél aeropuerto vacío de vida.
Me giro, con los ojos anegados en lágrimas, y corro hasta esconderme de las miradas inquisitorias de aquellos quienes no entienden mi situación. De hecho, yo tampoco la entiendo.
Miro las listas de vuelos, intentando recordar qué hago aquí, ¿desde cuándo estoy aquí?
"Helsinki", murmuro para mí.
Me gusta ese nombre. Me resulta familiar.
Después de rondar durante horas, y comprobar que los palillos que tengo por piernas no me aguantan más, decido sentarme. Sin comer, sin beber, sin estar limpio ni tener sueño. Cada vez me siento más alma y menos persona.
Observo, sin mucho interés, los rostros de la gente, intentando imaginar sus historias, sus nombres o procedencia.
"Klara, alemana. Viaja para ver a alguien."
"Mireya, latina. Se ha escapado de casa."
"Sayoko, japonesa. O trabajo, o familia."
Me quedo observando a un hombre mayor. No sé su edad, y es difícil determinar su procedencia, pero por algún extraño motivo siento repulsión hacia él.
"Graham", pienso ese nombre.
¿Será el suyo? ¿O será el mío? Ese hombre me recuerda vagamente a mí: el mismo rostro, menos cansado pero más viejo; el mismo pelo aunque mejor cuidado, y mayor y más gordo que yo.
No recuerdo mi nombre, pero ya recuerdo qué hago aquí. Escapar de mi padre.
Y corro a esconderme.
×××
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Autora: Laura Montero Maté.
Título: Delayed.
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Historias ocultas tras el objetivo de una cámara
Historia Corta«Relatos cortos y no tan cortos que una vez mi mente una vez perdió y volvió a encontrar tiempo después.» En octubre de 2010, una yo muy despistada pero feliz empezó un curso de escritura -casi- sin saberlo. (Yo creía que era un club de lectura pero...
