-Hola, humano. Veo que has vuelto por estas tierras de nadie.
-¿Cómo que he vuelto?
-Has estado fuera mucho tiempo, no sé cuánto pero mucho.
-¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? ¿Quién eres?
-Calma, humano –cada vez que la oía, la voz le parecía más misteriosa.- Paso a paso: ¿qué está pasando? Que estás soñando.
-¿Esto es un sueño? –Nych no acababa de creérselo. Le parecía demasiado real: el dolor, el frío, la soledad.
-Sí –contestó rotundamente la voz.
-¿Dónde estoy? –inquirió el muchacho.
-En ninguna parte –Nych hizo una mueca.- Y, antes de que me interrumpas: sí, estás en ninguna parte.
-Vale, vale, estoy en ninguna parte. ¿Quién eres?
-No soy nadie.
-Sí que eres alguien, sino, ¿cómo iba a poder mantener una conversación contigo?
-¿Qué tal si soy un producto de tu imaginación?
-Eso tendría sentido, dado que estoy soñando. Pero podrías no serlo y que me estés haciendo creer que estoy soñando.
-Nosotros no tenemos forma definida. Somos un ser, un ente, soy yo: no soy nadie. Soy una esencia, una mente pensante, un nombre, más no soy un cuerpo físico que puedas imaginarte. Y sí, estás soñando.
Todo empezó a darle vueltas. ¿Estaría soñando? No, eso le parecía demasiado real. No podía ser.
Empezaban a pesarle los párpados, pero él luchaba en contra del sueño: necesitaba más respuestas.
Todo le daba vueltas.
Se dormía.
Hasta que despertó.
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Historias ocultas tras el objetivo de una cámara
Kısa Hikaye«Relatos cortos y no tan cortos que una vez mi mente una vez perdió y volvió a encontrar tiempo después.» En octubre de 2010, una yo muy despistada pero feliz empezó un curso de escritura -casi- sin saberlo. (Yo creía que era un club de lectura pero...