48. Primavera

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Fijé la mirada en él. Liviano como un copo de nieve, pero desde luego no frío. Frágil cual cigarrillo consumiéndose, pero desde luego no ardiendo. Danzaba y danzaba, con la melodía del viento y el susurro del silencio. Una gota de lluvia cayó. Lo aplastó. Lo rompió. Se quebró. Lloró.

¿Has visto alguna vez un pétalo de flor de cerezo llorar? No lo hagas.


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Micro-relato seleccionado para ser publicado por Diversidad Literaria. Si queréis comprar el libro entero os paso el link.

Historias ocultas tras el objetivo de una cámaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora