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Empieza una historia con "estoy parad@ frente la ventana de mi cocina..." (¡Sé creativo! Haz que la historia quede en un género como de misterio, horror, romance, etc.)

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"En la Cúpula había un chico que se llamaba Arvin Weed y que mandaba mensajes a la residencia de las chicas apuntando con un bolígrafo láser al césped comunal."
– Puro –Julianna Baggott

Estoy parado frente la ventana de mi cocina, esperando para saltar. Llegué corriendo sigilosamente, de puntillas y sin zapatos, y ahora sólo espero a la señal para bajar.

De repente, sobre el árbol que hay en mi patio, una luz parpadeante me indica que ya puedo saltar por ella para caer en el jardín. Y lo hago. Salto con agilidad y caigo sobre un manto de hierba fresca que me permite no lesionarme, aterrizando con una voltereta aprendida en aikido.

Me pongo los zapatos que llevaba en una mano y echo a correr por los callejones de ese pueblo sumido en la oscuridad. Esquivo las sombras que me persiguen y me escondo en el silencio. Evito la luz y me camuflo entre las personas.

No tardo un cuarto de hora en llegar frente a un bloque de pisos que parece estar abandonado. Las paredes son de piedra gastada y se ve todo muy oxidado, desde los coches aparcados en esa calle hasta las barandillas que cubren todas las ventanas del edificio. Parece que de sólo tocarlo tenga que caerse, pero sé que eso no ocurrirá, porque ya hay alguien dentro esperándome.

Mi amigo me da su bolígrafo láser y le quito el modo parpadeo, apunto a la tercera ventana con el láser contando desde la que tiene el jarrón con flores recién regado, el cual desentona con la desolación de aquél pobre paisaje, y lo enciendo, dibujando un ocho en el techo de dicha habitación.

En seguida un gato flaco y viejo sale del edificio, él si cuadra con ese ambiente sórdido y abandonado, y baja a recibir su premio. Le acaricio con cariño y él empieza a maullar, haciendo salir a una chica menuda y delgada. Ella lleva un vestido blanco, manchado y desgastado. Ella y el gato se parecen, sólo que ella es hermosa y el gato es un viejo montón de pelo lleno de pulgas.

Me acerco a la ventana del primer piso, justo en la tercera contando desde la que tiene el jarrón de flores preciosas y vivas, desentonando con el paisaje, y ayudo a la chica a bajar al suelo de un salto.

La abrazo fuerte y le doy un beso en el pelo. Me recuerda a mi madre pero más joven.

Tal vez ella sea la hermana a la que llevo tanto tiempo buscando.

Historias ocultas tras el objetivo de una cámaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora