La próxima vez que estés comiendo, escribe sobre la comida en tu plato. Describe cada porción. Mientras estas comiendo, escribe sobre todos los sabores en tu lengua.
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Se sienta en la silla, apoyando la espalda en la pared. Cruza las piernas sobre la silla y se recoge el pelo en un moño deshecho.
Laura se sube las mangas de la camiseta del pijama y observa la cena sin mucho entusiasmo: puré de calabaza y dos hamburguesas. No está mal, pero podría ser mejor.
Ve el plato semi-lleno, o vacío, como prefieras verlo, de su hermana y piensa en que las hamburguesas no son las más apetitosas que ha visto en su corta vida de adolescente. Aún así, se dispone a probar un bocado.
El primer bocado de hamburguesa no sabe nada mal. De hecho, no sabe. "Tal vez le falte sal", ha dicho su hermano. ¿Le falta sal? ¿Sobra? Ella ni siquiera está segura de tener comida en la boca, ni lo estaría de no ser por el dolor que le provoca el hecho de estar masticando todo el rato. Duele. Igual que le duele la barriga, y la cabeza y el cuello. Le duele todo.
Está resfriada. Con razón no nota el sabor de las cosas.
- Las he hecho yo, ¿te gustan? También me ha ayudado tu hermanita.
- Están deliciosas -le contesta con la mejor de sus sonrisas, mientras intenta esconder su cara de enferma.
- Hay una normal y una de queso. Y luego cómete el puré que hace unos días que no comes nada.
Ésta habría sido otra de las aburridas cenas que hace a dos, ella con la luz de la luna, de no ser por la llegada del nuevo libro de Patrick Rothfuss, The slow regard of silent things.
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Historias ocultas tras el objetivo de una cámara
Short Story«Relatos cortos y no tan cortos que una vez mi mente una vez perdió y volvió a encontrar tiempo después.» En octubre de 2010, una yo muy despistada pero feliz empezó un curso de escritura -casi- sin saberlo. (Yo creía que era un club de lectura pero...
