08. If only...

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Primero llega él, torpe, con su bolsa, después de salir de la universidad. Mira a su alrededor y todos los asientos del tren ocupados, así que se apoya en la ventana. Me fijo en él: un muchacho alto, de pelo negro y con gafas. De repente reacciona, como si antes hubiese estado congelado; abre su libro y se pone a leer.

Corriendo, llega ella. Casi cierran la puerta del tren. La observo con el pulso acelerado: casi no llega a tiempo. Sigo mirándola atentamente, indiscreta. Se voltea. Me mira y le sonrío, y miro al chico. Ella no repara en él, pero sí en el lugar vacío que hay en la misma ventana en la que él está apoyando leyendo, y en la que ella se situará para abrir su libro y reanudar la lectura.

Los miro. Ambos están centrados en la lectura. Él leyendo Canción de Hielo y Fuego, de George R. R. Martin. Ella también. Él escuchando música con sus auriculares blancos, ella con los azules.

Pasan las paradas. Ella levanta ligeramente la mirada al sentir que el traqueteo del tren se calma. Mira el mapa y cuenta las estaciones que le quedan para bajarse del tren. En seguida vuelve a centrarse en su lectura.

Si tan sólo él la mirara. Si tan sólo ella guardase el libro. Sólo con quitarse los audífonos, con levantar la mirada y observarle... si sólo lo hubieran hecho...

Pero llega mi estación. Me bajo. Nunca sabré qué ocurre con ellos. A veces el destino es caprichoso, ¿sabes? Quizás algún día a ti también te junte con tu otra mitad, con tu alma gemela. Quizás sólo juega contigo, te hace vagar por el mundo sin un rumbo claro. Quizás, simplemente, no tienes un objetivo claro. Quién sabe. Pero bueno, siempre querré pensar que se miraron, que surgió una historia de amor. Quién sabe... si tan sólo ocurriera...

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Historias ocultas tras el objetivo de una cámaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora