Crea un personaje y escribe una pequeña historia sobre él/ella.
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"Soldadito marinero conociste a una sirena, de esas que dicen 'te quiero' si ven la cartera llena. Escogiste a la más guapa y a la menos buena. Sin saber cómo ha venido, te ha cogido la tormenta.
Él quería cruzar los mares y olvidar a su sirena, la verdad no fue difícil cuando conoció a Mariela que tenía los ojos verdes y un negocio entre las piernas. Hay que ver qué puntería, no te arrimas a una buena."
– Soldadito Marinero –Fito y Fitipaldis
Él mira más allá de la proa de su barco, entre olas y peces que saltan. Entre colas de sirena y pelos rojos como el fuego. Es curioso cómo el fuego de su cabello no se apaga con el agua del mar. Tanta agua y sólo aviva ese rojo intenso que tanto le gusta.
Ella se acerca al barco, y le guiña el ojo para luego meterse de nuevo en el agua. El chico queda embobado por su belleza sin creer aún que las sirenas existan de verdad, y se sienta en el suelo de su humilde barquita de madera.
El barco sigue navegando en dirección hacia el horizonte, esquivando llantos, gritos e intentos de buscarla. El chico sigue sentado, pensando todo lo que el barco esquiva, tratando de llorar, gritar y saltar a por ella.
De repente, una cola verde de la misma tonalidad que sus ojos, brillantes y preciosos, se deja ver por el lado derecho del pequeño barquito. El marinero se arrima al borde de esta, buscándola con la mirada, y ella saca la cabeza del agua para sonreírle con sus ojos de color hermoso.
El chico alarga una mano para llegar a ella, y le roza el rostro con la punta de sus dedos. Ella acerca la mejilla a su mano y se la toma con su mano izquierda. Y la besa.
Ese beso con el que el marinero llevaba años soñando. Con esa ilusión que creía no ser real, con ese sueño que quería cumplir. Deseaba tanto a la sirena, y ella lo sabía, que se lo llevó al fondo del mar.
Donde el cuerpo de él permanecería por el resto de los siglos. Inerte, pero eterno.
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Historias ocultas tras el objetivo de una cámara
Cerita Pendek«Relatos cortos y no tan cortos que una vez mi mente una vez perdió y volvió a encontrar tiempo después.» En octubre de 2010, una yo muy despistada pero feliz empezó un curso de escritura -casi- sin saberlo. (Yo creía que era un club de lectura pero...
