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Sus pies suspendidos sobre el abismo, cuyo viento frio soplaba desde abajo ondeando su falda y su cabello mientras lloraba desconsolada sobre el pecho de Falgnir. Ella estaba muy bien sujeta por él y él la mirada con una sonrisa de medio lado

-vaya vaya, después de todo, vuestra disposición a iros con la muerte no era tan sincera, sois una embustera- murmuraba un divertido Falgnir mientras sus hombres los iban subiendo por el risco.

Ella parecía conmocionada, había sujetado a Falgnir muy fuerte, envolvía el cuello de este con sus brazos y escondía su rostro en el hueco de su nuca, sin dejar de temblar. La llevó en brazos hacía la tienda y se sentó suavemente apoyándola en su regazo. Ella tenía sus hombros temblorosos; la apartó un poco y la miró a los ojos. Sus pupilas violetas inundadas de terror, se derramaba en forma de gruesas lagrimas que corrían por sus mejillas, que inmediatamente Falgnir limpiaba con su pulgar. su expresión era bastante seria.

-sois un maldito loco-, decía Blanch sollozando

-y vos, una bruja fanfarrona y embustera, ¡ahora escuchadme bien! ¡Vos no sabéis nada de mí! Hasta un monstruo como yo tiene algo por lo que vivir; no nací en el seno de una familia noble como vos; mis padres eran gente pacífica; mi casa fue asediada por unos fulanos; sobrevivimos mi hermana y yo porque nos escondimos en una letrina; mi hermana que tan solo tenía 1 año y medio de edad, sintió mi angustia y guardó silencio mientras todo acababa.


¿Hace 11 años erais feliz? Hace 11 años Yo mismo tuve que bajar el cadáver de mi padre porque lo habían colgado, yo mismo limpié la sangre de mi madre; y Ricardo solo nos miró con asco restando importancia al asunto.
Sé muy bien que no éramos nadie importante; pero no soporté su expresión desdeñosa hacia nosotros; sugirió vender a mi hermana porque moriría de hambre a mi lado; entonces comprendí que él no tenía la menor intención de ayudarnos. Por eso me uní a Enrique, por eso gané para él sus batallas; él me ofreció un hogar y protección para mi hermana; ella aún es joven y quizás sea la única mujer que me quiera realmente por quien soy y no por cómo luzco; debo vivir a como dé lugar por ella. Ella siempre me espera con una sonrisa a pesar de todo.


No recuerda a nuestros padres, no creció en la opulencia como vos, y he luchado para que ella tenga una vida digna y decente, para poder brindarle un futuro. Enrique me ha dado tierras y un título. Siempre me he batido entre la vida y la muerte en este mundo de porquería, pero de alguna manera me las he arreglado para sonreír todavía; en cambio vos lo habéis tenido todo y simplemente estas harta de teneros todo, la egoísta sois vos-

A Blanch se le heló la sangre de tan solo imaginar el infierno que este hombre había atravesado; definitivamente ella no habría sido tan fuerte, sintió vergüenza de sí misma, y cuando al fin pudo calmarse ante la conmoción de la historia de él; suspiro cansada. Lo miró fijamente a los ojos, como si sintiera una profunda tristeza y tratara de enmendarse con él... susurró compungida

-... yo... yo lo siento mucho, me he comportado de una forma inaceptable-


Suavemente ella extendió su mano hasta tocar el rostro de él; algo que lo desconcertó totalmente, lo desarmó, ni en sus mejores sueños creería que una chica acariciara esa parte de su cara arruinada, su mano se sentía suave y cálida; sus dedos se enredaban en el oscuro cabello que caía tras su cuello, jugueteando distraídamente; se recostó contra él y cerró los ojos. Ambos se sentían cansados. Pero Blanch continuo hablando suavemente, en un susurro que solo él podía escuchar,

-no sois un monstruo lord Falgnir, ni mucho merecéis la repugnancia de ninguna dama..., hoy me habéis demostrado que el único monstruo sin sentimientos en este sitio, siempre he sido yo-

LAS MEMORIAS DE WINDSTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora