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El ambiente se sentía tenso, un aura asesina inundaba la tienda. Era increíble como todo el ambiente cambiaba según el ánimo de Blanch; desde que fue recapturada, se sentía un aura melancólica y trágica; ella había erguido un espeso y frio muro entre los 2. Al pasar unos días, se emitía un aura cortante y distante, en la que ella me ignoraba y solo primaba cumplir la tarea que se le había impuesto. En los 2 últimos días un aura de resignación y culpa; una sosegada criatura preguntándose la razón de su existencia, y dando por perdida su vida tratando de contagiarme su miseria.


El día de hoy fue especial, ella se mostró dulce, graciosa y sensata; con una nueva perspectiva de vida irradiaba mucha luz, y ¿para qué engañarme? Me transmitía una sensación agradable, una emoción desconocida que me hacía sentir muy débil y fuerte a la vez. Una paz que me inundaba y me alteraba. Si es verdad que la felicidad va y viene, puedo asegurar que hoy había sido un día feliz. Sino fuera porque en estos momentos temo por mi vida.


Después del emotivo reencuentro con su yegua, se giró a mirarme con una expresión impávida. Pero pude ver en sus ojos un fuego azul que los oscurecía; ella estaba furiosa.
Pasó por mi lado directo a la tienda, y se sentó sobre las pieles. Nuevamente un muro espeso entre los 2, y solo puedo limitarme a observarla coser iracunda.


-Joan, ¿no habéis terminado aún? Continuareis mañana, ya es tarde-

- no volveos a hablarme de nuevo, sois lo peor-

-Debierais estar feliz, Bertha vive, ¡hurra!-

-no os atreváis a bromear conmigo, sabíais como me había sentido todos estos días atribuyéndome la causa de su muerte; propinasteis una herida muy profunda en mi corazón y permitisteis que me carcomiera la culpa. No os perdonaré por engañarme de esa manera tan cruel-


-Yo también estaba enojado...-


-no quiero oír vuestras explicaciones, marchitasteis mi corazón; espero que estéis contento-

-no exageréis-


-¿exagerar? JA, No puedo creerlo, sois un maldito insensible también, mejor dormid y dejadme en paz- sentenció Blanch con indignación

Falgnir suspiró y se levantó para dirigirse a las pieles

-¿que estáis haciendo?- preguntó ella desconcertada.

-¿Qué queréis decir con que estoy haciendo? Me voy a dormir –, dijo irritado

Blanch sujetó la manta contra su pecho y tomo una posición de chica indefensa,
-No, no podéis dormiros aquí, anoche eran otras circunstancias, estuvimos a punto de morir; pero hoy es diferente; ¿acaso desconocéis las reglas básicas de un caballero? NO ES correcto estar tan cerca de una dama; podríais comprometerla y arruinar su reputación para siempre; ¿eso es lo que queréis? ¿No teméis la ira de Dios? ¿Os habéis puesto a pensar en lo que sentirán vuestras prometidas?-

-¡Oh vamos! Sabéis bien que estáis segura conmigo, nadie tiene porque enterarse que compartimos una manta, y además hace frio-

-No es sensato; buenas noches lord Falgnir-,

Lady Blanch se durmió casi al instante y eso lo enervaba y enojaba en partes iguales
-Bah! Que mujer más irritante. Sabía que se enojaría pero está exagerando demasiado; además, ¿cómo pudo dormirse tan rápido?, ¿que esta mujer no reza ni nada? Hacía unos minutos habló de la ira de Dios-

Falgnir estaba totalmente extendido sobre el frio y duro suelo, con una manta que apenas cubría su torso y la mitad de sus muslos. Su mirada estaba fija en el techo de la tienda. Giro su cabeza para observar a Blanch que estaba con esa enorme manta envuelta como si fuera el capullo de una mariposa;

LAS MEMORIAS DE WINDSTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora