LA MISIÓN

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En un cuarto frio, empedrado y húmedo, se encontraba Enrique VII junto a sus más leales guerreros; barones y condes, algunos por su linaje, y otros mercenarios que habían peleado con tal bravura en el campo de batalla, trayendo consigo glorias y victorias por montón. Debido a esto el rey les había premiado con tierras y títulos.

Tal era el caso de Lord Falgnir, conde de Windstor; un guerrero temido y respetado en el campo de batalla, tanto por sus aliados como por sus enemigos. Escuchaba atentamente al rey.

-Gilbert nos ha traicionado y compartió información valiosa con Ricardo, no podemos dejarle con vida, es una amenaza para todos nosotros-

-Ricardo está muerto, ya nada os impide gobernar a plenitud- respondieron los lores. Pero Enrique no quería fiarse de eso,

- si Gilbert sigue con vida, podría conspirar junto a algún enemigo. Han corrido rumores de que se unirá a Jacobo; su camino a escocia es lejos, debemos interceptarlo, pero es muy escurridizo. Y por ridículo que parezca, tampoco he tenido éxito en conquistar el castillo del conde de Oxfield. Sus fuerzas resisten-

Falgnir se asombró ante esa información, y dijo, - es imposible, hace 3 semanas derroté a Gilbert a unos kilómetros de Wakefield, estoy seguro de que traía la mayoría de sus soldados, derrotamos a más de 700 hombres ese día, ya lo habíamos debilitado bastante, en ese castillo no puede haber gran resistencia-

dos de los presentes enrojeció, y Enrique se enfureció.
un pesado silencio se instaló en la sala, hasta que Lord Edmund habló,

-Han resistido bien, deben tener un buen líder, pensábamos que el sitio estaba protegido por un ejército de al menos 200 soldados; me atacaron por la espalda con una flecha, no pude ver al bastardo pero quería vengarme lo antes posible, sin embargo perdí muchos hombres de manera absurda tratando de tumbar la puerta; lo único bueno que sacamos de esa vergonzosa derrota, es que pudimos traer con nosotros a un rehén, que ha suplicado por su vida y ha prometido colaborar-

uno de los barones contestó, –ya lo interrogamos, es un hombre mayor, débil y huraño que trabajaba para la familia. Era el administrador y al parecer pudo sacar un buen botín del castillo, lo captamos en medio de su escape. La fortaleza estaba protegida por poco más de 30 hombres, la mayoría de sirvientes se han ido, pero al parecer los que se han quedado están protegiendo a alguien importante, la hija de Gilbert está custodiando el castillo-

lord Robert soltó una risotada, -Gilbert abandonó a su hija en un sitio tan peligroso, ni siquiera la dejó bien custodiada, a esa pobre chica la harán polvo en el próximo asedio-

Enrique sonrió ante la conclusión y dijo, -Esa niña se llama Joan Blanch!, hace años que no la veo. 2 de los hijos mayores de Gilbert murieron de fiebres hace 5 primaveras, el hijo que le sobrevivió es casado pero sabe que su padre es un traidor e hincó la rodilla ante mí; si lady Blanch se rinde y me jura lealtad, no tendremos que destruir Oxfield. Me interesa mantener esas tierras en mi poder. Falgnir, ve y conquista ese lugar y tráeme a esa mujer, si rehúsa a servirme, morirá-

Lord Edmund se levantó de inmediato en protesta , -Pero su majestad, usted me lo encomendó a mi primero, con mi ayuda capturamos al administrador y obtuvimos la información, ahora que se cómo están armados, puedo regresar y terminar con todo, traeré a lady Blanch y me vengaré del bastardo que se atrevió a herirme, esto no puede quedar así-

El rey le envió una mirada desafiante, –tuvisteis 3 semanas para cumplir con esa tarea, y desperdiciasteis las vidas de varios guerreros tratando de vencer a una niña que se defendía con apenas con 30 soldados y unos criados-

-señor, ellos no salieron ilesos, también han perdido soldados...-

-a callad, deberías sentir vergüenza y agradeced que no os degrado por vuestra incompetencia. Falgnir, cumplid con mi encomienda y os dejaréis descansar, tendremos tiempo de discutir acerca de vuestra recompensa-.

Con esta orden salieron todos del castillo dispuestos a acatar las órdenes del rey; Edmund cabalgaba cerca de Falgnir, sabía que el rey lo enviaba porque ya había luchado sin descanso desde hace años y le pareció que esta misión sería para él como un respiro.

LAS MEMORIAS DE WINDSTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora