9

129 17 12
                                    



-Lord Falgnir de Windstor, que grata sorpresa, no esperaba encontraros aquí; os imaginaba en vuestros dominios, gozando de la tranquilidad de vuestra casa-


-una serie de eventos inesperados me han retrasado, y han impedido que cumpla con la tarea que se me ha encomendado; pero muy pronto habré concluido-


- os habéis tomado vuestro tiempo; entonces lo que decían los rumores era cierto; anduvisteis por mi humilde comarca, lastimando mi gente, y buscando un caballo... y a un chico femenino-


-¿qué queréis Robert?-


-no cambiáis, seguís con ese pésimo carácter Falgnir; me dirigía a cumplir con una reunión con los tesoreros de Tywehill, y después iré con el rey. Me he topado con vos por casualidad. Una ocasión que aprovechare para increparos por vuestros actos en mis propias tierras-


-deberíais agradecerme; discipline a algunos irrespetuosos que no tienen la más mínima educación con un amable forastero- 

 

Robert trataba de parecer serio, pero no lo logró
soltó una carcajada espontanea, y rio hasta que los ojos se llenaron de lágrimas.
- os dejasteis engañar por una mujer, y la buscasteis desesperado por casi todo Inglaterra, ¿vos? Me parece increíble; se supone que está sería la misión más rápida y tranquila que os haya encomendado Enrique, pero vos no tenéis idea de lo que es la calma ¿verdad?-, decía Robert entre carcajadas


-meted la nariz en vuestro propio culo-


Robert y Falgnir prácticamente se habían entrenado juntos, sin embargo Robert era educado para ser lord, mientras que Falgnir simplemente era mercenario del rey. Quizás por eso Falgnir siempre fue más fuerte que él en batalla, los resultados de Falgnir eran más óptimos en los entrenamientos y en la guerra.
Pero en la corte, Robert era mejor recibido por la nobleza inglesa, su carisma y elocuencia lo hacían encantador, y desde que se convirtió en lord, su palabra y su aprobación tenían gran importancia en el consejo real. 



Gran diferencia con Falgnir, que a pesar de convertirse en lord, no tenía la misma desenvoltura, nunca asistía a las fiestas reales, y si lo hacía, su compañía no era muy duradera. Por lo cual no tenía muchas alianzas. Su rostro era siempre intimidante y todos se guiaban únicamente por las leyendas que circulaban de él, sólo Enrique parecía apreciarlo.



Hacía pocos años Falgnir salvó al rey y a su familia; derrotó al ejército de Ricardo, pero debido a ello, quedó gravemente lastimado y Enrique lo proclamó héroe de la nación.
Si moría, sería recordado por todo el país, si sobrevivía le sería recompensado. Demasiado para gusto de Robert.


Muchos traidores desfilaban en las recuas de los supuestos aliados de la corona. Falgnir fue descubriéndolos a todos uno por uno; 10 traidores fueron sus presas; y rindieron sus estandartes, 25 regiones a sus pies. Era la gran comarca de Windstor que reclamó para sí mismo en compensación de su sacrificio. Falgnir no provenía de un linaje noble, por lo cual su título nobiliario sería sólo de cortesía; si Falgnir moría, Windstor volvería a la corona.


Para preservarlo simplemente debía unirse a alguna casa perteneciente a la alta nobleza, de esa manera, tampoco desaparecería su apellido. Por lo cual algunos perdieron la cabeza y comenzaron a ofrecerle damas a diestra y siniestra con tal de tener asegurada una porción del bosque de Oak.
Pero más que las damas, Falgnir parecía más interesado en la dote de cada una de ellas.
Por eso Robert no podía dejar de reír. Falgnir era cada vez más presumido respecto a sus triunfos, y que una lady lo engañara e incluso casi lo matara, se le hacía una ironía bastante divertida. Aquel hecho insólito hubiera sido como una tragicomedia narrada por un bufón.


Había escuchado los rumores y las quejas de sus villanos, por eso decidió emprender este viaje, para averiguar si era verdad que Falgnir merodeaba por allí; tenía que felicitar a esa chica chico.


Y finalmente de golpe su risa se apagó; unos metros tras de Falgnir se hallaba la causa de su curiosidad. Robert se quedó pasmado, contuvo el aliento y luego se enderezó totalmente. Falgnir pareció desconcertado con su actitud repentina, se giró guiado por la dirección hacía la que Robert miraba fijamente; y allí estaba Blanch, en la entrada de la tienda.

LAS MEMORIAS DE WINDSTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora