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Repentinamente Falgnir entró en la tienda de Blanch, ella parecía estar a punto de comer un bocado de algo, pero la presencia imprevista de él, la había hecho detenerse abruptamente. Como era de esperarse ante una entrada como esa, ella le reprendió

-¿cómo os atrevéis a entrar así sin avisar?, ¿Acaso el día de hoy os habéis propuesto ganaros mi desprecio?, ¡¡dejadme sola!!- exclamó con el rostro encendido y los ojos brillantes de indignación.

-creí que habíais devorado esa tarta al medio día, eso significa que en realidad no os gustó tanto-

-eso no os concierne- y dicho esto, ella volvió a darle la espalda.

Él trataba de mirarla a la cara, pero ella se giraba a dirección contraria para evadir su mirada.
Falgnir suspiró y se sentó junto a las pieles donde se hallaba posada.

-¿queréis decirme por favor que era eso no esencial que necesitabais?-, preguntó amable

- no, no quiero- , dijo adoptando un gesto altivo, y levantando el mentón

Falgnir exhaló para armarse de valor, y continuó, -disculpadme por mi comportamiento de hace un rato, lidiar con lord Casterwick puede ser agotador. Por favor lady Blanch, humildemente os pido que me perdonéis-

Esta vez Blanch se giró lentamente para mirarlo a los ojos; quizás quería comprobar su sinceridad. Ella ya no se notaba enfadada, solo melancólica, y muy distante...otra vez, ese muro de hielo.
Como si estuviese cansada de nuevo, suspiró y dijo

-¡Lord, escuchad! No tenéis porque disculparos conmigo; hubo un momento en el que creí que si podía confiar en vos, pero cuando trato de hablaros; sois descortés y me intimidáis. Hace unos minutos comportaos tan despótico e insensato conmigo... ¡vuestro carácter es insufrible y no quiero soportaros!, así que basta, no seáis amable ahora-

Falgnir miró hacia afuera de la tienda, como cauteloso, y en un susurro suficientemente claro para que sólo ella lo oyera le dijo, -prometo que no volverá a ocurrir; me deje llevar porque volvisteis a vuestro tono formal cuando solicitasteis mi presencia. Temía... que me pediríais algo que no podría cumpliros-

Ella pareció confundida, -¿mi tono formal?- preguntó

Falgnir agudizó la voz en lo que le fue posible y trató de imitar a Blanch, - lord Windstor, necesitó pediros algo, acercaros a mi tienda por favor ♫-

- yo... yo no hablo así-

-si lo hacéis-

- claro que no. Además... dijisteis que vuestra reputación se vería afectada, si advertían que...que no os tengo miedo-

Falgnir se lamentó, -creo que lo han sabido desde el comienzo mi lady-

Ella trató de sofocar su risa con la mano, y esto lo alentó para preguntarle de nuevo

-¿entonces, me dirás que es lo que necesitabais?-. Blanch pareció meditarlo y respondió con un escueto, -no-

-Tenéis un carácter bastante fuerte. Pero también tenéis dos opciones: podéis seguir reprochándome hasta que os pase el enojo, o podéis dar el asunto por terminado, reanudar vuestras palabras y hablarme de eso no esencial.-

Ella parecía indecisa. - ¿Por qué lord Casterwick os enfada tanto?-, preguntó algo curiosa.

-no estoy muy seguro, no sabría cómo explicaros... Él es como un denso nubarrón que no permite avanzar un designio; cuando desaparece simplemente sale el sol alegrando el día-

Blanch quiso reír otra vez, pero nuevamente sofocó la risa con su mano, y se giró para que no la viera.

-¡oh no! Hay algo en vuestro rostro-, dijo lord Windstor en un tono alarmado

LAS MEMORIAS DE WINDSTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora