Octubre de 1941
Caminar con la bella vista de las hojas de los arboles cayendo con un llamativo color es satisfactorio en cierto punto, Rachel va a mi paso al lado mío mientras observa quizá lo mismo que yo o anda perdida en su mundo como suele estarlo siempre, o criticando a cualquier cosa que no le parezca justa, a veces pienso que crea diálogos para discusiones y así salir victoriosa. Espero cualquier cosa de mi hermana la verdad. Me alegra que así sea porque también aspiro mucho por ella, en cierto punto que diga y haga las cosas que yo no pude en mi tiempo, me llena de orgullo porque sé que puede lograr más cosas que uno mismo.
Ahora, siento que estoy en mi punto de paz interior más alto, quizá no es como lo imaginé en mi vida, ya que hay muchos obstáculos que tal vez en algún futuro no tan lejano ya no sean un impedimento para nadie, o bueno, no tanto como ahora; sin embargo, no deseo nada más en estos momentos, pero si se diera la oportunidad no dudaría en hacerlo. Si se me diera la oportunidad...
Quizás estoy melancólica, por tantos sueños que no he podido cumplir por lo que yo soy capaz y siempre se oponen para que lo logre, quizás ya alguien a estas alturas lo haya logrado, sin embargo, yo no corro la misma suerte ni porque tanto me he esforzado, no es mi misma realidad.
La vida siempre es así y siempre comparamos las situaciones ajenas con las propias, o alguien más lo haga como si fuera tan fácil como criticarlo, nadie sabe lo vivido hasta que lo sufren a carne propia, pero, aun así, no le deseo tantos peros a nadie, no quiero que nadie se sienta discriminado otra vez, no quiero que nadie pase una gran dificultad para cumplir sus sueños.
Quizás mi yo de otra realidad pudo entrar a la universidad, sin ser discriminada por el color de piel o por ser mujer.
Quizás a estas alturas mi yo de otra realidad ya terminó la carrera de contabilidad que tanto desea, con el trabajo que quiere y siendo plenamente en paz.
Así como yo, por eso quizás no es como lo planeé, sin embargo, hasta ahora es mucho mejor de lo que puedo desear dentro las posibilidades que tengo.
En el tiempo correcto podré hacer todo eso, tal vez, o puede ser que ese no sea mi destino, no esté para mí. Quizás mi futuro sea mucho mejor, o tal vez estos momentos sean lo mejor que me puede pasar y no me doy cuenta, pero la cosa es disfrutarlo.
En ese momento que menos espero, terminamos al frente de la cafetería de Amore mio, donde solo sus paredes cuentan mi historia, mis risas, donde se encuentra mi inspiración, puede ser una simple cafetería, pero para mí es un lugar donde puedo ser feliz. Puede ser el valor sentimental donde están todos los momentos con mi mejor amigo, con mi hermana, las salidas con mis padres cuando recién llegamos a la Capital y también donde conocí al amor de mi vida.
Entramos con el sonido característico de la campana en la entrada y Rachel casi corriendo gana la mesa junto a la ventana, cuando una pareja se quería acercarse a esta.
—Deberías no tomar mucho café, se te está haciendo muy adictivo —contradice Rachel mientras bebe un batido de fresa.
La mesera de Amore mio nos recibe a mi hermana y a mi persona ya que es amiga de Arthur dudo que sea tajante, algo que me parece muy raro porque Arthur no apareció cuando ni bien llegamos, él siempre está pendiente de eso.
—Eso es culpa de mi madre —trato de no revirar los ojos y suplo un poco mi taza, viendo el humo elevarse. —dime ¿no se te volvió adictivo el café con olerlo todos los días de tu vida?
—Lo único que conseguí fue no ser tan tolerante al café —juega con sus rizos definidos mientras se mira las puntas, indiferente. —El día está muy raro Sammy, y más cuando no pediste el especial de la casa
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GOTAS DE AMOR
Teen FictionUn amor en una época equivocada. Gente con mente cerrada y prejuicios en clases sociales. Samantha Jones es una joven de descendencia afroamericana y su familia no tenía un estatus social muy alto, su padre no tenía un trabajo estable, si no era lec...