GOTAS DE AMOR

Capítulo 13: Te equivocas, nunca hubo nada

Mayo de 1941

El día está muy caluroso de lo habitual, manejo hasta el aeropuerto para ir a dejar a Antje, desde que fuimos a Amore mio a comer, y de repente salió detrás de Samantha, Mark me dijo que la dejara y eso hice, Antje no tiene nada de maldad, pero suele ser muy sincera y a veces las personas creen que por eso las están atacando, pero no es así, ve el mundo tal y como es, lo he percatado, es que ella cree que la verdad hace felices a las personas. Pero te lo dice con una amabilidad que no sabes si es pasiva agresiva. Lo único que percaté ese día que Samantha estaba en un estado de estupefacción notorio y por eso ni me acerqué, mejor era darle espacio y bueno como Antje es muy crítica, cuando le pregunté qué le dijo, me respondió: la verdad.

De ahí transcurrieron los días con normalidad hasta el día de su partida a Europa. En caso de Alemania el miedo es ser una de las malas idealizaciones del comándate y cumplir ciertos requisitos, si por ende eres de una cierta elite como los Otto, puedes pasar algunas cosas, en ese país ahora se manda del poder lamentablemente, las persecuciones, las marchas, los saludos y todo que tenga que ver con el régimen nazi estaba chocando conmigo, por eso les informé a mi familia que me regresaba a mi país de nacimiento, y si querían acompañarme bien y si no también, así fue como la familia Wilson regresó de nuevo a su país. Aunque Erika no estuvo muy de acuerdo y ahora que analizo la situación, fue la única un poco contrariada a la decisión. El nazismo lava mentes y las corrompe.

El poder ciega, hace mal y cambia a las personas, y lo peor que el mismo poder puede ser la propia ruina de cada quien. La desdicha de algunos, a veces en la glorificación de otros. Los más afectados son los judíos entre otros, quienes buscan refugio y salen de los países europeos, y si está desgracia presente, el enemigo se apodera de ese lugar.

A un así Antje tiene una razón para odiar ese régimen, pero toda su familia es de allá, su trabajo, su vida se encuentra ahí y a veces aunque duela, no se puede abandonar tan fácil eso.

Mark por otro lado, se enamoró de Zoe una simpática chica turista que se encontraba recorriendo Londres, después de recorrer toda Europa como regalo, y sin pensarlo dos veces cuando ella quedó embarazada, él se vino con ella a América. Algo que apaciguó a Erika de regresar también ya que le prometió a su hermano, el tío Cort, padre de Mark, que cuidaría de ellos. De paso, Zoe tampoco quería ni quiere que su primogénito naciera en ese ambiente y Mark la apoyó.  Aun así quedaron en un acuerdo de irse a Alemania unos meses después que el bebé naciera, Mark como Antje tiene su vida allá y Zoe sinceramente es una joven viajera que su lugar en el mundo no tiene estadía y aceptó, con la condición que si empeoraba todo se regresarían y después sigo yo, que no encajó ni en Alemania y puede ser que estoy comenzando encajar aquí, después de unos meses en la milicia por obra de mi madre como castigo porque según ella el regresar era solo puro capricho mío. ¿Es que acaso no se da cuenta? ¿Tenía Mark que decir que también venía a América con Zoe para ella aceptará venir también?

Sé que ella me quiere, por no decir que me ama, es mi madre, no obstante, Erika es muy voluble y por ende difícil de tratar.

Aprieto el volante y sigo mirando al frente con el sol molestándome en los ojos, la primavera ha dado todo y es normal para entrar al verano, no se siente el cambio puedo cuando llega es notable.

—Hey Eric pareces que estás en otro lugar —ensimismado salgo de mi mente. —Ya estamos por llegar al aeropuerto y mi miedo ahora es que nos accidentemos —bromea y achica los ojos cuando me demuestra una sonrisa. Muevo la cabeza eliminando todo pensamiento y se la devuelvo.

—Sí, solo me quedé pensando —me defiendo ante su escrutinio, ella hace una mueca divertida y mira la ventana.

—Bueno no lo hagas de nuevo si conduces —asegura. —lo digo por tu bienestar y si quieres seguir con vida —termina.