Tan solo había tardado 1 hora en conseguir 4 boletos de avión, hacer 5 maletas con todo lo necesario y un poco mas de media hora para crear en mí cabeza un discurso convincente para mis hijos. Necesitaba decirles de alguna manera de que dejaríamos San Francisco para irnos a vivir a Nueva York.
Pearl ya estaba desayunando sentada en su silla de comer, yo estaba terminando de preparar mí tercer café bien cargado de la mañana cuando escuché cómo Miles y Ben bajaban las escaleras.
Miles con una sonrisa cómo siempre me da un beso en la mejilla y se sienta a desayunar. En cambio, Ben de mal humor al igual que Piper todas las mañanas pasa al lado de mí para que yo le de el beso de buenos días y se sienta con sus hermanos a desayunar.
Miles: mamá ¿Hiciste cupcakes?
Alex: si. Es una receta que estoy intentando perfeccionar
Ben: ¿Cuándo vendrá mami?
Alex: honestamente no lo sé.-le respondo sin dejar de observar a Pearl quién intenta robar del plato de Ben un trozo de manzana- por eso es que se me ha ocurrido algo
Ben: ¿Qué cosa?
Alex: esto de la distancia no está resultando. Pensamos con mamá qué sería mejor quedarnos aquí y no alterar su rutina, pero ahora creo que lo mejor sería ir tras ella. Irnos a vivir a Nueva York, cerca de los abuelos
Miles: ¿Para siempre?
Alex: eso tendríamos que conversarlo con mami, pero al menos por las vacaciones. ¿Les gustaría ir?
Ben: claro que si, mamá-prueba el tocino que le prepare y desde qué bajo, es la primera vez que lo veo sonreír.
Alex: entonces, a desayunar porqué al medio día nos vamos a Nueva York
Miles: ¡Si! -dice muy feliz sin dejar de comer un cupcake.
Eso había sido fácil, convencer a los niños no era difícil y sobretodo cuando se trataba de Piper. Ellos amaban a su "mami", pero ella ni siquiera se molestaba en llamarlos o en venir a visitarlos. Literalmente, estos últimos meses me había sentido cómo una madre soltera y todo por su culpa.
Luego de un viaje relativamente tranquilo en un avión con 3 infantes, me los había llevado a Nueva Jersey a casa de mí madre. Primero tenía que enfrentar a Piper y sinceramente, no sabía qué podía encontrar.
Se perfectamente que no estaba viviendo en la casa que compramos a pesar de que tiene todas sus cosas ahí. La empleada del hogar, me ha informado que suele ir por ropa y que luego se marcha otra vez. Pero mí esposa para ser infiel, no sabe cómo comportarse.
Su tarjeta de crédito la había delatado al igual que el listado de llamadas de su teléfono. Todos daban al mismo número pero esa no eran solo las pruebas que tenía contra ella.
Alex: buenas tardes, busco a la Señora Vause
Conserje: ¿a la señora Vause?
Alex: ¿Piper Chapman?
Conserje: a se refiere a la señorita Chapman.-así que la muy descarada es señorita y no señora- no está en este momento.
Alex: necesito hablar urgentemente con ella. ¿Cree que me dejaría entrar?
Conserje: no estoy autorizado. Solo tengo permitido dejar entrar a la señorita Witt
Alex: es que precisamente vengo de parte de ella-le muestro la carpeta- son documentos de la empresa y es de extrema urgencia que revise la señorita Chapman.
Conserje: está bien. Tome-me entrega la llave, vaya qué ha sido fácil convencerlo- si se molesta la señorita Chapman, será su responsabilidad.
Alex: no se preocupe, yo me hago cargo
Claro que sé quién es la señorita Witt, es la zorra con la que mí esposa se ha estado revolcando estos últimos meses. Si, Zelda Witt 40 años, separada con 2 hijos, se desempeña como presidenta de una fundación en la cual Piper y ella se conocieron.....
No necesitaba estar cerca para saberlo todo, Nicky me había ayudado con un investigador privado a saber exactamente todo lo que hacia y cuáles eran sus movimientos ahora que físicamente no estabamos juntas.Subí las escaleras porque no iba a soportar estar encerrada aunque fuera por unos segundos hasta llegar al departamento en el que Piper se estaba quedando. Abrí la puerta con las llaves, temiendo lo peor, pero aparentemente no había nadie en casa.
Recorrí cada espacio del departamento y no pude dejar de imaginarmelas, en cada rincón haciendo el amor y eso me daba asco. Me hacia daño y cada vez me desilusionaba mas de la madre de mis hijos y de mí esposa. Pero aún guardaba la ligera esperanza de que ella no viviera aquí, así que me dirigí a la habitación y estaba mas que claro que aquí se quedaba Piper, porque estaba su ropa en el closet y su colección de carteras. No pude evitar vomitar, estar aquí me daba asco y quería acabar con esto, lo mas rápido posible.
Como en San Francisco, Piper también tenía un despacho aunque aquí no tenía ninguna fotografía de los niños. ¿Acaso Zelda no sabría de la existencia de los niños? ¿Acaso no estaban pensando en crear una nueva familia con nuestros hijos y los hijos de ella? Já, si eso tenía en mente Piper, no lo iba a permitir jamás.
Me senté en la silla a esperar a Piper, la verdad que el departamento no estaba mal. Tenía una vista bastante linda para estar en Nueva York, aunque no se comparaba con la casa que ambas habíamos comprado para establecernos con los niños.... La esperé bastante, cómo si fuera él maldito padrino me senté en la silla y cuando ya estaba anocheciendo, sentí los golpes de tacón en el suelo.
Piper: ¿Qué vas a beber? ¿Whisky, vino o coñac?
Piper entró sin reparar en mí presencia al despacho. Lleva su traje de dos piezas, va descalza y su cabello rubio cae por sus hombros. Se acerca al mini bar y cuándo menos lo espera, me volteo de la silla y le respondo.
Alex: siempre me ha gustado el whisky a las rocas
Piper: mierda
Alex: oh sí.... Santa mierda. Tu y yo tenemos que hablar. Dile que se vaya ahora
Zelda: ¿Todo bien, Piper?
Piper: no. -le grita sin dejar de mirarme desde el despacho- Zelda, vamos a tener que dejarlo para otro día. Necesito hacer algo
Zelda: cariño puedo esperarte, no me molesta
Piper: de verdad no sé cuánto vaya a tardar, es mejor que te vayas. Vete-se acerca a la puerta y se despide de ella.
Zelda: está bien, pero se que te sucede algo y ya me lo contarás. Nos vemos
Piper le da un beso en la mejilla y la pelirroja sale del departamento. Al menos ha tenido la decencia de no besarla frente a mí. Se que está sorprendida por mí presencia y aunque tenga una remota idea de porqué estoy ahí, no se imagina qué es lo que vine a hacer y cómo va a ser su vida desde ahora en adelante.
Me levanto de la silla y me acerco a ella, y lo único que puedo hacer después de tanto tiempo es darle una cachetada. Piper no me dice nada, solo observa el suelo, sabe perfectamente que su juego terminado y qué sé perfectamente qué está ocurriendo.
No hay vuelta atrás, se qué ya no hay vuelta atrás entre las dos y que la decisión que tomemos a más de alguno va a lastimar. Pero es que ya no se trata de Piper y de mí, ahora se trata de nuestros hijos y de que no quiero que sufran.
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Mi Adorada Esposa Infiel
FanficTras la decision de viajar a Nueva York y aceptar ser la nueva editora en jefe de Vanity Fair, Piper Chapman no solo deja a su esposa atras, sino tambien a sus hijos por perseguir sus sueños. Una decision que la empuja a cometer el peor error de su...