4 de junio de 2021
Giré la llave del departamento escuchando a Ramón ladrar del otro lado. Una leve sonrisa se formó en mi rostro. Abrí la puerta y, como todos los días, mi pug se abalanzaba a mí moviendo su cola de lado a lado, volviendo a entrar junto a mí. Me agaché para darle un poco de cariño.
–Hola, Ramón–, usé esa voz que siempre usaba con él. –¿Cómo esta mi perro hermoso?
Cada noche era igual desde noviembre de 2020. Llegaba a casa de la oficina, me duchaba, cenaba algo y, después de usar un rato mi computador, me recostaba en la cama a pensar hasta caer dormida. Muy rara vez salía de mi rutina para reunirme con las Villa o con Mario, a pesar de que seguían siendo mis mejores amigos. No había mucho que pudiera hacer en mi departamento. Además, no me gustaba salir de casa si no era necesario, y no recibía visitas muy seguido... solo las de mi hermana y mi papá hacen al venir cada dos fines de semana.
Todas las noches, mientras estoy recostada en mi cama, viene a mi mente el nombre de Daniela Calle.
Desde el momento en que nos conocimos me llamó la atención todo sobre ella. Su forma de ser, su forma de pensar... su forma de simplemente existir. Tan valiente, tan fuerte, tan hermosa, tan ella. Lo que no supe al instante fue que, después de mi decepción amorosa con un chico que se había ganado mi cariño, ella se convertiría en alguien más que importante en mi vida.
Yo no tenía problema con ello.
Desde que me permití amarla como la amo, lo único que sabía era que quería protegerla, amarla y acompañarla hasta el fin de los tiempos y que mi amor por ella crecía cada día más a pesar de todo. Me enseñó a deshacerme de lo que aún me atormentaba, me ayudó a sanar y yo me dediqué a ayudarla a ella en todo lo que necesitara.
Han sido tantas las veces en las que nos apoyamos la una a la otra y nos ayudamos a salir adelante que perdí la cuenta hace mucho. Desde que comenzamos a tener algo que no supimos como definir, estuvimos presentes en cada momento, y cada día quería tenerla más cerca.
Como ya era costumbre desde hace meses, mi mente repasaba cada noche los momentos más significantivos entorno a ella como si fueran escenas de una película.
Siempre cambiaba el orden de los eventos. En ocasiones empezaba por el final, otras veces por el inicio, otras veces en orden aleatorio.
Nunca me ha gustado olvidar, y, desde la muerte de mi mamá, decidí que no quería olvidar a nadie ni lo vivido con esa persona nunca. En especial si tuvo un impacto en mí. Es por eso que recordar se volvió parte de mi día a día. Recordaba mis mejores momentos, mis peores momentos, lo que he aprendido en lo que llevo de camino; y últimamente lo único que quería recordar era a ella.
Y la recordaba tantas en tantas ocasiones durante el día que a veces mi mente jugaba conmigo. A veces podía escuchar su voz como si fuera un susurro lejano, aún sabiendo que no estamos en la misma habitación.
"Algún día", dice.
–Algún día, Calle. Algún día.
***
Esta es una historia que llevo planeando hace mucho tiempo y por fin era tiempo que saliera a la luz.
Antes de avanzar más en la historia, quiero aclar algo: las fechas al inicio de cada capítulo son para que ustedes mismes puedan ir encajando la historia. Los capítulos no serán en orden cronológico, así que espero no confundirles jsjs
Espero que la disfruten.
El primer capítulo será publicado en unos minutos.
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Someday | Caché
FanfictionCalle y Poché | Fanfic • Historia desde el punto de vista de Poché • ×××× -Te amo, Calle, y no sólo como se aman las mejores amigas. -No podemos estar juntas. No ahora. El corazón de Poché se detuvo. -Algún día-, prometió. Algún día. Y sin importarl...