Famous Last Words 1 • Gerard Way

25.

*NARRA GERARD*

Tenía un mal presentimiento sobre esto.
Le mandé miles de mensajes a Vanya, pero me contestó que estaba bien, que me quiere y extraña.

Yo también te extraño, cariño...

Por la tarde teníamos un pequeño concierto en la terraza de un hotel, así que nos dirigimos al lugar luego de un café rápido.

Estábamos a punto de subir al improvisado escenario cuando en mi teléfono apareció el nombre de Lindsey, notificando una llamada entrante.

- Hola, Lind... ¿Vanya? No, ¿Por qué? ¿Dónde está?... Lindsey... Lindsey, no te entiendo, habla más despacio...

Fue en ese momento cuando sentí que todo el peso de mi cuerpo se desvaneció, mis rodillas perdieron fuerzas y caí al suelo.

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- Chicos, está despierto.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas. No entendía nada. ¿Dónde estaba?

Pude ver a Frank, Ray y Mikey sentados en la habitación. Yo estaba acostado... ¿Estaba en un hospital?

Recuerdo que íbamos a cantar y ... Vanya.

- Vanya... Chicos, algo le pasó a Vanya - intenté levantarme pero entre los tres me mantuvieron acostado- ¿Qué pasa? ¿Por qué no me dejan salir? ¡Vanya está en peligro!

- Lo sabemos... - dijo Frank con la voz muy ronca. Lo miré detenidamente, tenía los ojos rojos e hinchados, como si hubiese pasado horas llorando.

Ahora que presto atención... Mikey y Ray también lloraban.

Temí lo peor.

Vanya...

- ¿Por qué lloran? Tengo que ir a ver a mi hija, ella...

- Vanya lleva tres días desaparecida - me interrumpió Mikey, mirando al suelo. Las lágrimas caían por su cara.

Mi vista se nubló.

-¿Q... Qué dices? ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- Hace tres días - comenzó Ray, pude ver que también había llorado - estábamos por tocar. Lindsey te llamó y te avisó que Vanya no había vuelto a casa ni se había comunicado. Su teléfono está apagado desde entonces. Tú te desmayaste y despertaste apenas hoy.

Miré a Frank, estaba en un rincón de la habitación, llorando mientras se agarraba el cabello.

- ¡Pero, tenemos que volver a Jersey!¡Mi hija desapareció!

Lo recordé... Vanya se había ido a un parque de diversiones con un tal Dominic... Demian.... ¡Denis!

- Ese maldito hijo de la gran puta tiene a mi hija. ¡Denis tiene a Vanya!

- Gerard... La policía ya está buscando a Vanya. También están buscando a ese Denis, pero no podemos hacer nada ahora. Tú estás internado y ni siquiera estamos en Jersey - dijo Ray.

- Yo he hablado con mamá y papá - comentó Mikey - están con Lindsey ahora.

- Lindsey... Necesito mi teléfono.

En eso entró el médico y de todo el discurso que nos dió, sólo entendí que ya podía irme.

Cuando me vestí y me encontré con los chicos, nuestro manager Jules estaba en una camioneta con nuestro equipaje listo para llevarnos al aeropuerto.

Subimos a toda velocidad y llegamos al LAX en pocos minutos. Teníamos reservado el primer vuelo que salía rumbo a Jersey.

Yo no podía parar de llorar... Tenían a mi pequeña y no quería ni pensar en qué le habrían hecho.

Pero me iba a vengar.

Subimos al avión y Mikey se sentó junto a mí.
Apretó mi mano y yo no pude evitar romper en llanto...

Mi hermano menor me abrazó, igual que los chicos.

- Vamos a encontrarla, hermano... Todo va a ir bien - dijo Frank.
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Llegamos a Jersey. Mis sentidos no estaban en su mejor forma, dado que tuve que medicarme para volar si no quería sufrir un brote nervioso estando a miles de metros de altura.

Nuestro chofer nos llevó a casa de Lindsey, quien salió corriendo a mis brazos. Ambos rompimos en llanto.

- Lindsey...

- Mi bebé, Gerard... Ya es el cuarto día...

Ambos llorábamos desconsoladamente. Tomé su cara entre mis manos y sequé sus lágrimas con mis pulgares.

- Cuéntame qué pasó.

- El jueves luego del colegio salió con Denis a un parque de diversiones. No contesta el teléfono desde entonces, y Denis tampoco. Ambos desaparecieron.

Ese maldito hijo de perra me las iba a pagar...

Mis amigos y hermano vinieron a abrazarme.
Me sentía débil. Soy un hombre débil.
Me habían arrebatado lo único que le daba sentido a mi vida.
Me habían arrebatado a mi pequeña Vanya.

La casa estaba llena de policías registrando cada rincón, incluyendo la habitación de nuestra hija. Querían ver si encontraban algún indicio del paradero de Vanya o incluso del pedófilo malparido que se la llevó.

El día pasó con agentes, familiares y gente yendo y viniendo en la casa.
Eran las dos de la madrugada. Me habían quedado con Lindsey por si recibíamos algún llamado... Ambos temíamos lo peor.

En un momento, Lindsey se quedó dormida en el sofá, sobre mi pecho, luego de pasar horas llorando. La tomé en brazos, la llevé a su cuarto y la metí en su cama.

Conduje a mi casa a toda velocidad. Me cambié la ropa de viaje por ropa deportiva y tomé una mochila, en cuyo interior puse una linterna, sogas, una manta, mi teléfono y una gran botella de agua.

Me subí al automóvil y abrí en mi teléfono el grupo de WhatsApp con los chicos y mandé un audio.

- Chicos... Estoy yendo a buscar a Vanya. No puedo quedarme de brazos cruzados con mi hija allá afuera sola. Voy a enviarles mi ubicación en tiempo real por si acaso... Deséenme suerte.

Conduje hacia el maldito parque, cuya entrada estaba tapada con cintas policiales y había patrulleros y agentes custodiando. Bajé del auto y me acerqué a uno de los policías.

- Por favor, déjenme ayudar. Soy el padre de Vanya - dije dándole mi identificación al agente, quien la estudió detenidamente.

El agente asintió y me dió un chaleco con el escudo de la policía y un walkie - talkie.

Me dejaron pasar y comencé a correr en dirección al parque.

Voy a encontrar a mi niña aunque sea lo último que haga.

Comencé a correr y meterme en las casetas y juegos. No lograba encontrar nada.
Me metí en las cabinas, estaba registrando todo, cuando oigo que llaman mi nombre.

-¡Gerard!¿Dónde estás?

Salí de la caseta y encontré a mis hermanos en el parque. Todos tenían chalecos con escudos de la policía y llevaban también, mochilas con las cosas necesarias para buscar en el bosque.

-¿Qué mierda tienes en la cabeza, Gerard? - me sermoneó Frank - ¿De verdad creías que íbamos a dejar que vengas tú solo a buscar a nuestra sobrina?

Junto con otros policías comenzamos a adentrarnos en el bosque, cuando oigo gritos de hombres.
¿Qué estaba pasando?

Iba a correr en dirección a las voces pero mi teléfono recibió una llamada de Lindsey. Estaba llorando y apenas pude entender las únicas palabras que capté antes de perder la consciencia.

- Gerard... Encontraron un cuerpo...