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- Estuve hablando con Frank y pensamos ir mañana a tocar un par de canciones para Van. - comenté mientras hacíamos el recorrido en automóvil hacia mi casa.

- Es genial, amor. Le hará bien a Vanya escuchar algo de música. Mañana Jamia, Kristin y Christa me invitaron a cenar en un nuevo restaurante italiano.

- Creo que te hará bien distraerte con las chicas. Ambos lo necesitamos.

Llegamos a casa y nos metimos a la ducha. El agua caliente nos relajó a ambos.
Admito que todo el estrés, la tristeza y la tensión que nos abrumaba no nos permitía disfrutar del tiempo con el otro.
Y extrañaba ver a Lindsey así, con su piel suave, sus tatuajes, su delicadeza.
Tomé su barbilla y la besé dulcemente. Ella puso sus brazos sobre mis hombros.

- No sabes lo que te he extrañado todos estos años, linda - dije juntando nuestras frentes - la falta que me has hecho todo este tiempo, Lindsey.

Sin dejar a que me respondiera seguí sus besos, los cuales subieron de intensidad. Y ya estábamos en la ducha, juntos. Creo que no es muy necesario explicar cómo una cosa llevó a la otra.

Al terminar, la dejé acabar de lavar su cabello y me envolví la cintura en una toalla al salir de la ducha.

-¿Tienes ganas de comida china? ¿O prefieres pastas?

- Mmm... Comida china.

Dicho eso salí del cuarto de baño y bajé a buscar mi teléfono.

Comencé a estar incómodo.
Me sentía observado... Algo no estaba bien.
Pude sentir el vello de mi nuca erizarse.
Miré a través de las ventanas... Oscuridad, la calle desierta.
Aún así cerré las cortinas y subí a ponerme algo de ropa.

- ¿Gee, estás bien? - preguntó Lindsey mientras secaba su cabello en mi habitación.

- Sí... Eso creo - me acerqué a la ventana, no había nadie en la calle - Es sólo que abajo me dio la impresión de que alguien me estaba observando desde afuera.

-¿Qué dices? ¿Viste a alguien?

- No... No logré ver nada.

Decidí no darle importancia a lo sucedido y ordené nuestra comida. Planeaba relajarme con Linds toda la noche.
Vimos películas, comimos, charlamos, ella lloró un poco hasta quedarse dormida en mi pecho.
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Cuando desperté, apenas amanecía. Linds seguía profundamente dormida en mi pecho y olvidamos apagar la televisión.
Con delicadeza tomé a Lindsey en brazos, la llevé arriba y la metí en la cama abrigada.
Al bajar decidí preparar sus pastelillos favoritos de moras y algo de café.
Puse algo de música en aleatorio desde Spotify, comenzó a sonar Chocolate, de The 1975.
Dios, adoraba esa canción.

Una vez que los pastelillos estuvieron listos, los puse en un plato junto a la cafetera y le dejé una nota a Linds.
Me duché, tomé mi guitarra y conduje hacia el hospital. Los chicos llegarían un poco más tarde, por lo que tendría unos minutos a solas con Vanya.

Al subir a su habitación la observé detenidamente. Se la veía un poco mejor. Sus ojos ya no eran dos manchas oscuras, sus pequeños labios tomaban color, al igual que su piel blanquísima.

- Buenos días, princesa - besé su frente - traje mi guitarra para entreneterte con algo de música. Tus tíos vendrán en pocos minutos.

Tomé asiento junto a su cama y comencé a tocar los acordes de Demolition Lovers.

- I'm trying to show you how much you mean to me... - Al llegar a esa frase me desmoroné - Por favor, Vanya, despierta. Ya no lo soporto...

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*NARRA FRANK*

Mikey, Ray y yo fuimos al hospital para tocar algo de música para nuestra sobrina.
Al parecer, podía oírnos y pensamos que sería algo bueno hacerla oír sus canciones favoritas.
Estábamos a punto de atravesar la puerta cuando Mikey nos detuvo. Nos hizo señas de hacer silencio y vimos que Gerard ya estaba en la habitación. Estaba hablándole a Vanya.

- Ya no lo soporto... Ya no soporto ver tu habitación vacía, no soporto no oírte cantar todo el tiempo, no soporto no oír tu risa inundando mi vida. Despierta, cariño, por favor.

Mi hermano lloraba. Admito que verlo así me estrujaba el corazón. Era un gran padre y esto lo destruyó.

Entramos lentamente, sin que se diera cuenta de nuestra presencia y lo abrazamos.
Al principio nos miró sorprendido, pero luego nos correspondió.

- Tranquilo, viejo... Ella está en buenas manos y cuando esté lista podrá volver a casa. - lo consolaba Ray.

- Me siento tan vacío sin Vanya en mi vida... La extraño.

- Lo sabemos, y nosotros a ella, pero no puedes caer ahora, ella te necesita. - dijo Mikey.

- He escrito tantas canciones para ella, hay tantas cosas que quiero compartir con mi hija y no puedo...

- Ya sé qué podemos tocar para ella - dije.

Tomé mi guitarra y comencé a tocar los acordes de la canción de cuna que Gerard escribió para su hija. Into The Cave We Wander.

Gerard cantaba con la voz ronca y quebrada. Hacía fuerza para no llorar.

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Frank tuvo la idea de tocar la canción de cuna que escribí para Vannie hace años. Sólo pude cantarla para ella una vez, pero le gustaba.
Su canción me hacía doler. Me dolía no poder tenerla en mis brazos. Me dolía verla así. Pero si realmente podía escucharme, esperaba que esta canción la ayude a sentirse mejor.
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*NARRA MIKEY*

Estábamos tocando la canción de Vanya lentamente. Gerard tenía sus ojos cerrados, al igual que Frank. Ray estaba concentrado en su guitarra.
Yo era el único que estaba observando a Vanya. Y agradezco al cielo por haberla visto cuando movió su mano.
Sí. Vanya se estaba moviendo.

Dejé de tocar y los chicos se giraron a verme para preguntar por qué me detuve.

- V-vanya se m-movió. - señalé.

Todos nos pusimos a observarla y sí. Efectivamente estaba moviendo su brazo sin levantarlo de la cama. Gerard tomó su mano con desesperación.

- Vannie, aquí estoy, cariño... Aquí está papá... Vanya...

Yo salí en busca de algún médico o enfermera. Afortunadamente, encontré justo eso en el pasillo. Les comenté que mi sobrina parecía comenzar a reaccionar y entraron con nosotros.

Estuvieron observando a Vanya y nos hicieron salir de la habitación. Sólo dejaron que Gerard se quede junto a Vanya, ya que es su padre.

Dejé mi bajo sobre una de las butacas de la sala de espera y me quedé viendo el piso.

Mi sobrina estaba despertando... Nuestra pequeña volvía.
Los chicos me abrazaron. Yo rompí en llanto.

- Está volviendo...
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Me quedé en la habitación con Vanya y los médicos.
No puedo ni siquiera describir la alegría que invadió mi ser en el momento en que Vanya abrió sus ojos, cuando movió su mano y yo la tomé.
Se sintió cegada por la intensidad de las luces de la habitación, y logré ver que estaba bastante confundida.
Con lágrimas de alegría tomé mi teléfono y llamé a Lindsey mientras los médicos chequeaban a mi hija.

-¿Gee?¿Pasa algo con Vanya?

- Despertó... - dije girando a verla. Tenía sus ojos abiertos pero no podía hablar debido al respirador.
Me miró.
Como los médicos estaban hablando entre sí acerca del estado de mi hija, haciendo mímica con los labios le hablé.

- Bienvenida de vuelta, mi vida.

Famous Last Words 1 • Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora