5.

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Ya casi eran las ocho. No podía estar más nerviosa.
Me había encerrado en mi cuarto, necesitaba concentrarme.
Me di una ducha caliente, me vestí con el conjunto elegido y la falda de mamá.
El cabello lo dejé suelto, caía en ondas leves. Era extraño porque mamá lo tenía totalmente lacio.

¿Cómo tendría mi padre el cabello? ¿Cómo serían sus ojos? Los míos eran color avellana y mi mamá los tenía negros.
¿Cómo sería su carácter? ¿De qué cosas hablaríamos?
A veces me lo imaginaba recostado junto a mí. Hablando cosas que yo sabía que jamás iba a hablar. Porque él no estaba.

Mientras mi cabeza divagaba en todo esto me delineé los ojos, pinté mis labios con un tono de color vino y me coloqué apenas un poco de sombra gris.
No me veía nada mal, a decir verdad.

Miré la pantalla de mi teléfono.
19:45, Geoff ya debería estar por llegar.
Me había salvado el pellejo aceptando a cubrirme. Obviamente querría que se lo compense. A ver con qué mierda va a salirme.

No quise bajar aún porque mi madre me pediría ver el outfit que había elegido y vería su falda. Y necesitaba llegar a tiempo al bar. No había margen para cometer errores.

19:55.

Vamos, Geoff, ¿Dónde estás?

Segundos después se oyó una bocina de auto, y llegó a mi celular un mensaje de Geoff diciendo que estaba afuera.

Me puse el saco largo, cerrándolo bien, tomé mi bolso con mis cosas y bajé a toda prisa las escaleras.

- ¡Adiós, mamá, nos vemos! - dije saliendo sin darle tiempo a contestarme.
Corrí hacia el arbusto, tomé mi guitarra y lo más rápido que pude, la deposité en el asiento trasero del auto para luego subirme en el asiento del acompañante.

- Hola Geoff. - dije sacándome el abrigo.

No contestó. Estaba mirándome embobado, así que sacudí mi mano delante de sus ojos para hacerlo salir del trance.

- Estás.... estás... Te ves muy hermosa, Vanya. - dijo viéndome.

- Gracias. Ahora, por favor apúrate, tengo que llegar a casa de Kellin.

Puso el auto en marcha y ambos íbamos en silencio.
Lo miré de reojo, llevaba una camisa blanca desprendida en el pecho, jeans negros y zapatillas. No se veía nada mal.

- Tú también te ves bien, ¿Vas a algún lado? - Pregunté para sacar tema de conversación.

- Se podría decir que sí.

-¿Sí? ¿A dónde irás? - dije revisando mi teléfono.

- He decidido ir contigo al Inferno.

Levanté la vista de mi pantalla.

-¿Qué?¿Por qué?

- Es sábado en la noche, no tengo nada mejor que hacer y me causa intriga el hecho de que tengas una banda, así que iré a verlos. - contestó con autosuficiencia.

- No, no vayas.

- No puedes impedírmelo, preciosa. - sonrió.

Idiota.

- ¿Por qué quieres ir?

- Ya te lo he dicho. No tengo nada mejor que hacer un sábado por la noche y quiero ir a ver tu banda. Además, estoy seguro de que necesitarás quien te traiga a casa luego, ya que sería descortés de tu cita falsa dejarte volver sola a casa.

Tenía un punto, debo admitirlo.

Mi teléfono vibró. Kellin.

Kell🖤
¿Dónde estás? Ya casi tenemos que irnos.

Famous Last Words 1 • Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora