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*NARRA MIKEY*

Cuando Frank salió de entre los árboles, llorando y gritando, mi corazón se rompió.
Cargaba a mi sobrina en un estado que ni siquiera sabría calificar como viva o muerta.
Esa pequeña trajo mucha felicidad a mi familia... Y nos fue arrebatada.
Pude hablar con Vanya en pocas ocasiones, pero descubrí que es una niña sumamente inteligente, divertida y lo más importante de todo: devolvió la felicidad a la vida de mi hermano.

*Flashback*

-¿Entonces... No estás enojado, o asustado?

-Estoy que me cago del miedo, Mikey. Pero ¿Enojado? ¿Cómo podría estar enojado? ¡Es el amor de mi vida! Y acaba de darme la mayor felicidad del mundo.

Mi hermano mayor caminaba de un lado al otro de nuestra habitación. Se mordía las uñas mientras sonreía.

-¿Qué les dirás a mamá y papá?

- No lo sé... Supongo que la verdad...

- Van a ponerse furiosos, Gee...

-¿Qué importa eso? Lo único en lo que puedo pensar es en Lindsey y en nuestra niña...

-¿Cómo sabes que es una niña?

- Lo presiento... Será una niña preciosa... Vanya...

************

El día en que mi sobrina nació, Gerard lloraba de felicidad.
Recuerdo que Lindsey descansaba mientras Gerard tenía en brazos a la pequeña. Llevaba pocos segundos nacida y aún no habían elegido un nombre.

- Mikey...¿Quieres cargar a tu ahijada?

Era todo un honor haber sido elegido como padrino de esa pequeña niña.
Tomé en brazos a esa diminuta bebé. Era preciosa.

- Hola, pequeña... Soy tu tío Mikey.

La bebé me miró con unos enormes ojos verdes, iguales a los de Gee.

- Te prometo que vas a crecer como la niña más feliz del mundo.

*************************
Gerard y yo crecimos, nos hicimos adultos, y mi hermano no dejó de buscar ni un segundo a esa niña.

Por las noches lo oía llorar el nombre que él quería ponerle a su hija. La nombraba en sueños, la veía en cada adolescente que se nos acercaba.

Comenzó a beber... Demasiado. Con el alcohol llegaron los cigarros, pero lamentablemente no fue suficiente y mi hermano mayor se hundió en el infierno de los narcóticos, las drogas.

La gota que rebalsó el vaso ocurrió en el día del cumpleaños número 28 de Gerard.
Frank, Ray y yo decidimos sorprenderlo en su casa llevándole un pastel, comida chatarra, videojuegos y muchísima cerveza. Gerard no contestaba el timbre ni la puerta.

- ¡Abre la maldita puerta, Way! - gritaba Frank. Todos comenzamos a preocuparnos.

Gerard estaba muy inestable emocionalmente y temimos que hubiese cometido alguna estupidez.
Ray y Frank pateaban la puerta cuando recordé que yo tenía llave de su casa.
La escena que encontramos adentro, en el living de la casa hace que aún hoy tenga pesadillas con perder a Gerard.

Latas de cerveza, botellas vacías y rotas por todos lados, colillas de cigarros sobre el sofá. Pañuelos, jeringas, pastillas y mi hermano en el medio, tirado en el suelo, semi inconsciente, lleno de vómito y llorando y gimiendo una y otra vez la misma frase: Cumpleaños de Vanya.
Ese era el nombre que él quería dar a su hija.

Su recuperación fue un viaje extremadamente difícil. Los chicos y yo nos turnábamos para cuidar de él.
Fueron años muy complicados para nuestra familia... Porque yo también caí...
Pero eso no nos impidió buscar a nuestra pequeña niña.

En medio de la búsqueda, mi esposa Kristin y yo tuvimos a Rowan. Gerard cuidó siempre de mi hija como si fuese a encontrar a su hija en ella.
Luego llegó Kennedy. Me dolía subir a la habitación de mi bebé y ver a mi hermano parado junto a su cuna, sollozando.

Fueron tiempos difíciles. Mi hermano no quería salir, no quería comer, no quería cantar. Salir de gira era una lucha constante.

Una noche recibí una llamada. Mi hermano estaba llorando.
Recuerdo que Kris y yo salimos de la cama lo más rápido posible y condujimos a su casa. Gerard estaba sentado en el sofá, hecho una bolita, llorando.

- La encontré... Mikey, encontré a Vanya.
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Famous Last Words 1 • Gerard WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora