Desperté bastante temprano a decir verdad. Eran las ocho de la mañana de un sábado. Pero tenía una razón. Mi madre salía temprano a correr y luego iba a hacer las compras, por lo que tenía dos horas sola la casa para mí. Usualmente, un fin de semana dormía varias horas más, por lo que mi madre no sospecharía si aún no me levanto.
Mientras esperaba a oír la puerta cerrarse y su camioneta marchar, tomé mi teléfono. Necesitaba que alguien me cubriera esta noche si mi madre preguntaba dónde estaba yo.
No podía creer lo que estaba por hacer.Oye. Sé que no quieres oír de mí siquiera pero necesito un favor.
Dime.
Si mi madre se contacta contigo esta noche, necesito que le digas que estoy contigo en una cita.
¿Y por qué haría tal cosa, si tú ni remotamente pareces querer una cita conmigo?
Anda, Geoff, por favor. Te lo compensaré.
Está bien. Pero al menos explícame dónde vas a estar tú.
Tengo una presentación con mi banda en Inferno, y mi madre no permitiría jamás que vaya a ese lugar. Por eso necesito que me cubras.
Está bien. Pero me debes una. ¿Algo más?
Sí. Ven por mí antes de las ocho.
Dejé el teléfono sobre mi mesa de noche y suspiré. Se oyó el click de la puerta al cerrarse, y exactamente quince segundos después, la camioneta saliendo del garage. Perfecto.
Me levanté de un salto y entré al dormitorio de mi madre. Tenía un vestidor increíble, parecía una maldita tienda de ropa. Vestidos aburridos, camisas, una innecesaria cantidad de zapatos, bolsos...¿No tenía alguna falda que no parezca de monja? ¿Quién se viste así con treinta y un años? Dios, mamá.
Cuando era adolescente solía usar faldas tipo escocesas geniales. ¿Las tendría todavía?
Seguí rebuscando entre su ropa hasta que en el estante más alto, en una esquina oscura divisé una caja de cartón. Ahí debía estar todo.
Volví al dormitorio a buscar una silla de su escritorio y la llevé contra el estante, para alcanzar la caja. El problema es que soy muy baja y no llegaba con nada. Apenas con los dedos conseguí moverla poco a poco hacia el borde, hasta que pude tomarla con ambas manos. Bajé de la silla y me senté en el suelo. La caja estaba cerrada. Por algún lado debía haber un cúter.Debí bajar a la cocina por un cuchillo, y cuando volví me senté en el suelo a abrir la caja. Encontré varios suéters, un chaleco de jean, algunas camisetas de bandas que ya no existen y ¡Sí! Una falda escocesa corta de color rojo. Me levanté y me dirigí al espejo para poder probármela. Perfecta.
Dejé la falda a un costado y me dispuse a guardar todo de vuelta y dejarlo como estaba, si se enteraba que revisé sus cosas y tomé sus cosas sin permiso me iba a ver en problemas.
Tomé la falda y me dirigí a mi cuarto a elegir con qué combinarla. Encontré un top blanco y negro, unas zapatillas y una chaqueta de cuero mía. Excelente. Tenía todo listo.
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Famous Last Words 1 • Gerard Way
FanfictionTe veo recostado junto a mí, diciendo palabras que jamás pensé que diría.