Capítulo 2

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Estaba furioso. Sus puños se apretaban con fuerza y sus encías dolían por dejar salir sus colmillos, sus botas pisaron con fuerza las escaleras y su puño tocó la puerta.

Esperó un momento, moviendo su pierna insistentemente, sus ojos estaban oscurecidos y su palidez ayudaba a que se notasen más.

—¡Tío! —un niño de cabello negro le abrió con una sonrisa de colmillos afilados.

—¿Dónde está tu padre? —preguntó. No estaba de humor para acariciar los cabellos del niño o de saludarle con una sonrisa.

—Comiendo con mamá —el pelinegro le guió con una sonrisa hacia el comedor— ¡Mi tío vino! —avisó, plantándose enfrente de los adultos que, detuvieron su comida y miraron al recién llegado.

—Tú... —el pelinegro caminó y agarró las solapas del traje de su hermano— ¡Deja de meterte en mi vida! ¡Ya deja de hacerlo!

—Vayamos a mi oficina, mi esposa e hijo están cenando —le dijo con voz apacible y mirada serena— Que mala educación de tu parte, hermanito —soltándole del traje se dejó guiar a la "oficina" de su hermano que no era nada más que un balcón con una mesa— ¿A qué se debe tu visita, hermanito?

—¿¡Por qué preguntas eso!? ¡Sabes muy bien a lo que he venido! ¡Sabes lo que hiciste! —gritó viéndole con furia, el iris de su ojo iluminando en rojo carmesí— ¡Déjame vivir de una vez por todas!

—Sabes muy bien que necesito ese yate, la empresa...

—¡A la mierda la empresa! ¡Tú lo único que quieres es joderme! —le señaló, sus caninos creciendo considerablemente— ¡Mi madre me dejó un puto yate y más nada, solo eso! ¿¡Me lo vas a quitar también!? ¡A tí te dejó todo, la empresa, te dejó millones! ¡Confórmate con eso!

—Me los dejó a mí porque tú solo eres un imbécil —le golpeó el pecho con el índice— Eres un puto modelito de ropa juvenil, ¿y yo? Yo soy dueño de una empresa, soy millonario...

—Mi madre no me dejó ni una moneda, nada de dinero...—habló respirando con fuerza— Y salí adelante y ahora soy igual de millonario que tú. Tú eres millonario, sí, lo eres, pero solo porque mi madre te lo dejó... Gracias a su muerte eres millonario, gracias a su muerte eres dueño de la empresa... Si mi madre no hubiese muerto, tú solo serías un estorbo, porque no eres nadie, no eres...—un puño se estrelló contra su mejilla, se tambaleó.

—¡Cállate! —los caninos del castaño también crecieron considerablemente— ¡Tú eres un imbécil!

—Aléjate de mí —le dio una mirada severa y salió de ahí, chocó con la esposa del castaño.

—Entiende, por favor, él... Él está muy estresado con lo de la empresa, ésta semana ha tenido muchos...

—No me interesa lo que haya tenido o no, Hye, que se aleje de mí, es lo único que pido —esquivó a la mujer y salió de ahí no sin antes mover su mano hacia el niño que comía solo en la mesa.

El hombre castaño salió del balcón, miró a su esposa con el ceño fruncido.

—¿Enserio? ¿Quitarle el yate? —la mujer cruzó sus brazos en su pecho— Él tiene razón, aléjate de él, déjalo vivir con las miserias que le dejaron y tú nada en tus millones.

—No lo voy a dejar en paz y lo sabes —contestó peinando su cabello.

—Intenta hacerlo por ahora, él todavía puede impugnar el testamento —le recordó pasando sus manos por el traje del hombre— Luego de que pase este año... Podrás hacer con él lo que quieras...

—Es un débil —dijo tomando las caderas de la mujer en sus manos— Fue criado por mamá, es débil, es... Humano —dijo con asco.

—¿Humano? —la mujer le miró curiosa.

Vamp Laws || SooJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora