Capítulo 2

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Se estacionó a varios metros de distancia de la casa de ONU, pues no quería dar sospechas

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Se estacionó a varios metros de distancia de la casa de ONU, pues no quería dar sospechas.
Vestida completamente de negro -blusa de manga larga y cuello de tortuga, pasa montañas que solo dejaba ver sus ojos (los cuales tenían pupilentes cafés por si llegaban a verle los ojos), pantalón, zapatillas y guantes- bajó del carro y caminó lentamente mientras miraba a todos lados, vigilando que nadie la estuviera viendo.

Una ventaja era que había anochecido ya, eran las 11:47pm para ser exactos, y no había buena iluminación por el fallo reciente de las lámparas de las calles por las que pasaba.

Cuando llegó a la parte trasera del hogar, tomó impulso y corrió para comenzar a trepar la cerca de metal haciendo el menor ruido para no llamar la atención de los vecinos.

Una vez dentro del perímetro de la casa, trepó haciendo un poco de esfuerzo para llevar al techo. Estando ahí arriba, caminó con discreción hacia el tragaluz (1*), lo quitó con facilidad y entró por el, quedando dentro del baño.

Para ella, infiltrarse en esa casa era pan comido, ya había entrado anteriores veces, y en todas tuvo la "suerte" de no ser atrapada, cosa que le hacía reír; podía decir con orgullo que se había metido a la casa donde viven FBI y CIA y jamás la habían atrapado.

Salió del baño abriendo la puerta lentamente, y una vez se aseguró de que no se encontraba nadie rondando por la casa, suspiró y empezó a caminar como Pedro por su casa.

Bajó las escaleras que llevaban al ático. Quedó frente a la puerta del mismo y metió su mano por el cuello de la blusa para tomar la llave que se encontraba entre sus pechos.

Aquella llave era una réplica de la cerradura que se vio en la necesidad de hacer por lo difícil que era abrir la puerta con cosas como clips o incaibles, ya que ahí dentro de encontraba el cajón donde ONU guardaba todos los documentos, teniendo un orden de el más viejo al más reciente.

Entró con normalidad y cerró la puerta tras ella, dirigiéndose al cajón y comenzando a hojear entre ellos.
Primero quería asegurarse de que no había un chisme nuevo del cual no se enteraron, hasta que se topó con una carpeta que tenía pegado las banderas de Portugal y España.

La abrió para leer la página principal y ver si era algo que valía la pena y, oh, claro que la valía.

Sus ojos se abrieron de golpe mientras ahogada un grito de asombro. Resumiendo lo que leyó, anunciaba que Portugal y España estaban comprometidos, cosa que le emocionó, pues España ya les había comentado lo mucho que amaba a aquella mujer, y Brasil les dijo lo mucho que Portugal era feliz con el español.

Además de que eso significaba que tendría una nueva madre.
Su madre Azteca había muerto cuando estaba casada con España, y eso hizo que, tanto el español como la mexicana, entraran en depresión (2*).
Ahora, España volvía a ser feliz, y eso alegraba a la tricolor.

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