Capítulo 9

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Sentía que en cualquier momento su barbilla se resbalaría de la palma de su mano y su cara se terminaría estampando contra la mesa, pero de verdad tenía sueño

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Sentía que en cualquier momento su barbilla se resbalaría de la palma de su mano y su cara se terminaría estampando contra la mesa, pero de verdad tenía sueño.
No era la única, viendo de reojo supo que sus hermanos estaban en las mismas, aunque tuvo que contener la risa al ver a Colombia en la misma posición que ella, solo que él ya dormía sin descaro alguno, babeando un poco.

También Perú lo estaba, solo que él recargaba su cara en la mesa y la cubría con los brazos, al menos lo disimulaba.

Bueno, ¿cómo no iban a estar así? ONU no para de hablar sobre la situación del dólar en varios lugares, algo que podría ser interesante pero la organización tenía el don de volverlo aburrido.

Como si tuviese algún sensor en su cerebro, cuando escuchó la palabra "finalizamos" todo el sueño se desvaneció, casi se estremece, de hecho.
Miró a Guatemala a su lado y ambos sonrieron; tal parecía que igual llevaban sincronía en cuanto a las acciones, porque entre toda América Latina intercambiaron miradas sonrientes.

Tan sincronizados que se levantaron ya con sus maletines cerrados y caminaron hacia el mismo punto de la sala.

Rieron por lo bajo al ver como Venezuela se apegaba al oído sel colombiano, sonriendo maliciosamente.

-- ¡MARICOOOOOO!

Colombia se levantó de golpe y terminó cayendo al suelo, por lo que quienes le rodeaban estallaron a carcajadas mientras que el tricolor desde el suelo los miraba enojados.
Se levantó con los brazos cruzados, malhumorado.

-- Yaaaa, ya, perdón --se disculpó Venezuela poniendo su mano en el hombro de su hermano.

El venezolano detectó la mirada aprobatoria de la potencia norteamericana, cuando intercambiaron miradas, le siguieron igual los otros latinos.

-- Y tú ni digas nada, gorda, no te metas --amenazó Argentina, haciendo que USA desvaneciera su sonrisa.

-- What?! ¡¿Ahora qué hice?! ¡Solo me reí!

-- Na'más nosotros tenemos derecho a reírnos de nuestras pendejadas --argumentó México, aunque sonrió ladinamente, sabía que esa discusión seguiría, y era de broma, pero también era divertida.

USA rió, entendiendo que debía seguirle.

-- Entonces váyanse a hacer el ridículo a otro lado --miró a su teléfono.

-- Tú vete a existir a otro lado --replicó el peruano.

-- Tú cállate.

-- Ven y cállame.

-- Uuuuuuuh, que se la pelas --canturrearon algunos países centroamericanos, mirando al estadounidense.

-- Sigue así y te voy a subir el dólar.

-- Uuuuuuuh, que eres su perra --esta vez miraron a Perú.

-- Quisiera.

-- Bueno bueno, ya, tú ocúpate en tus cosas --acabó la discusión al saber que todos, incluyendo ella, tenían más cosas que hacer.

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