Capítulo 10.2

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En cuanto se dio cuenta de que tenía tiempo libre, de que no había misiones, ni junta con la ONU, y que OL le dejó descansar por lo de el día anterior, no pudo evitar gritar y correr a la cocina

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En cuanto se dio cuenta de que tenía tiempo libre, de que no había misiones, ni junta con la ONU, y que OL le dejó descansar por lo de el día anterior, no pudo evitar gritar y correr a la cocina.

-- ¡No mames, ahora sí voy a comer algo hecho por mí! --murmuró emocionada mientras tomaba la carne molida de su refrigerador.

También sacó dos papas, un puré de tomate, y comenzó a picar la papa para dejarla en cuadritos.

Además, estaba sola, no es que le encante, pero podrá degustar en una gran cantidad lo que ella misma prepare, no esas comidas rápidas que consumía; no, esa vez de verdad comería "bien".

Picaba rápidamente mientras en su mente sonaba una canción, daba leves pasitos alegres al ritmo de ello, sonriendo.

Cuando terminó, suspiró y miró hacia el lado izquierdo de la cocina, más específico en el bote de basura.
Lo último que tiró fue la envoltura de unas galletas.

Lo recordó, no como algo triste, en realidad como algo lindo que rellenaba su pecho y le hacía sentir la emoción melancólica.

Recuerda sus expresiones tan lindas mientras comían ese postre, le agradecían infinitamente, también el adulto le sonreía alegre.

No solo para devolverle el favor, sino por el bien de sus propias memorias, decidió que era hora de sacar aquella bolsa de masa del cajón en el que estaba.

Pero, obviamente, primero terminaría de cocinar lo que ya estaba haciendo.

Recargó su mejilla en su palma, mientras mantenía sus ojos cerrados, recién se levantaba -aunque fuera tarde-, eran de los pocos días en los que por alguja razón, ONU se apiadaba de todos y decidía darles un día de descanso

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Recargó su mejilla en su palma, mientras mantenía sus ojos cerrados, recién se levantaba -aunque fuera tarde-, eran de los pocos días en los que por alguja razón, ONU se apiadaba de todos y decidía darles un día de descanso.

Y, como él, nadie en esa casa estaba despierto.
Para él, dormirse tarde era máximo hasta la 1am, pero todos sus hermanos le ganaban en ese aspecto.

-- 5am, ¿cómo aguantan tanto? --Murmuró tallándose los ojos.

Su teléfono vibró, lo tomó mientras con la otra dirigía un vaso de agua a su boca.

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